ASUNTOS ÁLGIDOS
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- Categoría: Analístas Invitados
- Publicado el Miércoles, 09 Octubre 2019 12:02
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Luis Linares Zapata
Ante un asunto de trascendencia y la renuncia de un ministro de la Corte llega a esa altura, la acometida opuesta del sistema establecido no se hace esperar. Como en la obra famosa de Lope de Vega, Fuente Ovejuna, toda la crítica estelar del país saca su beligerante talante a relucir. En esta andanada de grueso calibre hay de todo. Unos, con estupendos alegatos recalan, hasta con elegancia, sobre la división de poderes. División que asumen casi conculcada con citas al calce de los teóricos fundadores de la democracia. Forma, esta última, de vida que, una vez más y a su parecer, entra en franco riesgo ante el poder concentrado. Las consecuencias, dramáticas para el presente y el futuro nacional se recalcan y dirigen hacia una ambiciosa presidencia que no dilatan en tachar de autoritaria. Otros, remolcan su enjundia hasta la mera filosofía política y el bienestar de las naciones anegado por la falta de respeto a las cortes supremas. Se dejan oír también los indignados por el atropello, desde el Ejecutivo federal, en pos de la captura de cuanto poder independiente quede, para acrecentar el propio. Pocos, muy pocos, inciden en las causas de una renuncia que no se atreven a examinar frente a sus respectivas audiencias. Los pormenores biográficos y el accionar personal sospechados incluso conocidos se revelan como tópicos molestos para las posiciones defendidas. Evitar dichas aristas es propósito implícito, soslayadas hasta con cínicas disculpas.