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Categoría: Analístas Invitados
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Publicado el Lunes, 07 Octubre 2019 19:15
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Hermann Bellinghausen
Está en la naturaleza de los medios contemporáneos y las redes sociales que perdamos el tiempo entre las ramas para evadir lo principal. Las formas de autoengaño, los pretextos y procrastinar se nos da a manos llenas, disfrazado de me-gusta y no-me-gusta, interrumpidos sin cesar por dueños y anunciantes asegurándose de que nuestras ideas y acciones sean fragmentarias, efectistas, emocionales, satisfactorias como una golosina (en términos de Ignacio Ramonet), fugaces, olvidables, sustituidas por la siguiente y la siguiente hasta la náusea o el adormecimiento. A veces el impacto es mayor. La saga nórdica de Greta Thunberg, la estudiante que un día decidió suspender la escuela y salvar al mundo, generó una oleada masiva y en curso de respuestas, sobre todo juveniles, para hablar y exigir, protestar, estorbar.
Estos chicos de primer y segundo mundos, que en efecto hacen tres comidas al día, van al dentista y quizás sean güeritos, aunque no necesariamente (el factor sueco es secundario) están dando el campanazo mediático en las metrópolis culpables, aunque nos dé comezón y les echemos encima a los niños de Siria y la Montaña de Guerrero, a ver, de qué chillan pinches privilegiados, les falta cuero para que aprieten sus correas.
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