Enrique Méndez y Roberto Garduño

La baja en la calificación de la economía mexicana anunciada por la calificadora Standard and Poor’s dio pie en la Cámara de Diputados a posturas de respaldo al gobierno por parte de la bancada de Morena y los independientes (ex del PRD), y de rechazo por el PRI, que demandó un plan serio y sensato para rencauzar al país.

Por el tricolor, Enrique Ochoa Reza señaló que las calificadoras generan un efecto cascada. La baja en la perspectiva crediticia de Petróleos Mexicanos (Pemex) pone en riesgo la economía de México. El gobierno debe actuar para que Pemex no pierda el grado de inversión.

Su compañera de bancada Soraya Pérez resumió la postura de los priístas: Las malas decisiones traen consecuencias negativas en el desarrollo del país. Urge que las secretarías de Hacienda y de Energía, así como Pemex anuncien el plan nacional que devuelva al país la posibilidad de crecimiento. Al día de hoy somos un país que no genera confianza. Falta certeza.

–El gobierno anterior del PRI, ¿no fue responsable de la debacle? –le preguntó una reportera.

–El gobierno anterior puso las bases, a pesar del alto costo (político-electoral) que tuvimos que pagar, y las dejó listas para que esta administración tomara las decisiones acertadas y no lo hizo.

–¿Miente el Presidente? –dijo otro reportero.

–No creo que él mienta, pero su equipo de trabajo no le está ayudando –dijo.

Del lado de los independientes (que recientemente renunciaron al PRD), Mauricio Toledo expuso que desde esa posición damos el voto de confianza al Presidente. La economía y las finanzas públicas tienen rumbo.