José María Carmona
Se necesita un nuevo país con todas sus implicaciones económicas, políticas y sociales que hoy no están presentes en el proceso electoral como propuesta por parte de las candidatas y candidato a la presidencia.
Esto implica, necesariamente otra alternativa de estrategia de desarrollo que tenga como propósito el crecimiento económico y la elevación de las condiciones de vida y trabajo de los mexicanos.
El crecimiento económico pasa necesariamente por una restructuración del aparato productivo del país, y en especial del sector industrial y su política; en otros países desarrollados este proceso ya inicio.
Lo anterior implica también un aumento de la productividad de todos los sectores de la economía mexicana con su consecuencia en la remuneración de los salarios, esto significa recuperar el poder de compra de los mismos en el mediano plazo.
Por lo tanto, es necesario la política industrial para corregir los obstáculos que se presenten en el transcurso de su ejecución, esto implica la intervención activa del estado en la economía, de forma selectiva en cada sector de la industria.
La política industrial ha sido eliminada de la estrategia del desarrollo durante el neoliberalismo, pero como se sabe el mismo a fracasado y por lo tanto ante la desglobalización y la destrucción de las cadenas de valor en los procesos productivos se plantea el nearshoring o relocalización como una alternativa de las economías industrializadas.
Otro aspecto, a tomar en cuenta es la actividad agrícola y agropecuaria del país que se encuentra polarizada, por una parte, existe una actividad agroexportadora altamente competitiva y por el otro la producción de granos básicos esta en crisis amenazando la soberanía alimentaria, por lo tanto se hace necesaria toda una política agrícola para rescatar al campo mexicano en el mediano plazo a través del fomento tecnológico la suficiencia en recursos hidráulicos, el financiamiento y una reforma agraria.
Todas las anteriores medidas pasan por la construcción de una banca de desarrollo que tenga como propósito el financiamiento de todos los sectores productivos de la economía mexicana con bajo costo de financiamiento; y con mediano plazo de pago.
También esta estrategia necesita una política de infraestructura a cargo de las finanzas públicas, esto quiere decir un aumento del gasto de inversión público y ante todo la integración territorial del país mediante la construcción de vías de comunicación al nivel local y nacional.
Las telecomunicaciones son importantes para aumentar la posibilidad de la economía mexicana, porque abaratan costos en la transportación de bienes y servicios.
El crecimiento económico es importante para el desarrollo social, es por ello que la nueva estrategia debe de reconstruir el Estado de bienestar como consecuencia del crecimiento del empleo formal del conjunto de la economía y con ello garantizar la salud y la educación para la mayoría de la población, lo que significa rescatar a la seguridad social.
La inversión productiva genera el aumento del empleo formal y por lo tanto la seguridad social como un derecho humano.
Por lo tanto, el eje de esta propuesta de desarrollo pasa por el aumento tanto de la inversión productiva y el gasto público en especial en inversión.
Para llevar acabo todo lo anterior es necesario restructurar el sector energético-electricidad y petróleo- sin esto no es viable un cambio radical de estrategia económica y productiva del país.
Todas estas medidas están encaminadas para alcanzar el nuevo país que se necesita en el mediano plazo y que hoy no están presentes en ningún proyecto político para el próximo 2 de junio.