Los precios no subyacentes aumentaron 0.44% quincenal, en línea con nuestra estimación de 0.42% y por debajo de la variación promedio histórica para una primera mitad de julio de 0.53%. Los precios de la energía cayeron 0.31%, lo que se explica en gran parte por los menores precios del gas LP.
Los precios agropecuarios registraron un fuerte incremento de 1.13% quincenal, impulsados por los mayores precios del aguacate, cebolla y naranja.
A tasa anual, la inflación no subyacente se ubicó en -0.97% desde el -0.74% observado la quincena anterior, y que es la más baja desde la segunda quincena de abril de 2020.
Mantenemos nuestra estimación para la inflación general anual al cierre de 2023 en 4.7%. Esta previsión está en línea con la tendencia a la baja que ha mostrado la inflación, la cual se confirmó en general con las cifras de esta quincena, a medida que la inflación general anual continuó disminuyendo a un ritmo relativamente rápido debido a una menor inflación anual en mercancías y en el componente no subyacente.
El aumento quincenal de los precios de las mercaderías estuvo por debajo de los registrados en las primeras quincenas de julio de los tres años anteriores, aunque por arriba de su promedio de 15 años para esta quincena (0.18% vs. 0.12%), mientras que la inflación de servicios fue la mayor para una quincena similar desde 1999.
Estos resultados no son demasiado preocupantes ya que podrían estar asociados en parte a la estacionalidad alrededor del periodo vacacional de verano, pero no descartamos que puedan estar respondiendo a mayores presiones de factores internos.
En este sentido, anticipamos que la inflación de servicio continúe retrocediendo lentamente.
La inflación de los productos agropecuarios está repuntando en las últimas quincenas después de la fuerte moderación registrada en enero-mayo, si bien bastante en línea con lo previsto.
En general, proyectamos que la mejoría del panorama inflacionario persista a medida que el crecimiento económico pierda fuerza, el tipo de cambio se mantenga fuerte y la inflación global continúe disminuyendo.
Vemos riesgos al alza derivados de fuentes internas, particularmente de un mercado laboral más apretado, o de precios no subyacentes que regresaran a sus variaciones históricas más rápido que lo anticipado.
Como riesgos a la baja, consideramos una desaceleración más pronunciada de la actividad económica y efectos mayores a los estimados de la apreciación del tipo de cambio.
En este contexto, seguimos viendo la inflación general y subyacente anual en 4.7% y 5.1% al cierre de 2023, respectivamente.