José María Carmona

En este gélido invierno y en un contexto económico y financiero internacional, donde las principales economías del mundo se encuentran en desaceleración o en franca crisis y a la vez la reserva federal de los Estados Unidos aumento las tasas de interés y se pone fin a la época del crédito barato en el mundo.

 

Ahora se tendrán que pagar más por los intereses y el capital de toda la deuda tanto de las empresas, las personas y los gobiernos.

 

Para las finanzas públicas del país hay que agregar otro componente adicional que es la caída vertical del precio de la mezcla mexicana del petróleo que si bien es cierto por este año están protegidos los ingresos petroleros del sector publico por las coberturas, eso no quita la presión y a pesar de que la economía mexicana crecerá en 2015 en un 2.5 por ciento y se proyecta por parte de los analistas un crecimiento similar para 2016, el gobierno de Peña Nieto tendrá que ajustar el gasto público; los principales renglones en que se invierte el gasto público son: educación, salud, deuda y pensiones, eso representa el 14 por ciento del PIB del país.

 

Así de esta manera 2016 será un año muy difícil para las personas, las familias y las empresas, no obstante que el precio de la gasolina ha bajado un 3 por ciento, disminución ridícula mientras que los consumidores de combustibles se les cobra un impuesto especial del 40 por ciento para financiar el gasto público del gobierno federal.

 

En otras cosas los analistas no garantizan que los mecanismos que explican el crecimiento interno continúen con la misma dinámica como es el consumo, la expansión del crédito y el aumento del empleo que permitió que las ventas al menudeo registraran hasta un incremento del 6 por ciento anual hasta el mes de noviembre del año pasado.

 

De esta manera el gobierno de Peña Nieto en materia económica y financiera para este nuevo año tendrá poco que ofrecer y al contrario espera un ajuste en las finanzas públicas, entre las cuales se encuentra el recorte al gasto social.

Así de esta manera, el gobierno del estado de Michoacán tiene poco que esperar de apoyos extraordinarios en materia financiera por parte del gobierno federal, cuando la economía se encuentra en crisis por la bancarrota de las finanzas estatal.

De esta forma los responsables del quebranto financiero estatal han quedado en la impunidad y cinco gobiernos perredistas y priistas le aplicaran a los ciudadanos más impuestos y el reemplacamiento que por ciento es una palabra mal utilizada, lo correcto es canje de placas que bajo el aval de la mayoría de los diputados locales, los ciudadanos tendrán que pagar 2 mil 300 pesotes además del 25 por ciento por derecho de tramites gubernamentales.

 

Este incremento de impuestos y de canje de placas por tercera vez en menos de 6 años tiene a los ciudadanos michoacanos indignados y el gobierno silvanista que se ha llevado todos los adjetivos calificativos y el repudio en general principalmente en las redes sociales recaudara 900 millones de pesos.

 

Cuando aparezca esta entrega el que escribe seguramente se encontrara un zapato gélido y en él todos los recibos para pagar más impuestos y poder ayudar a un gobierno de “izquierda” que gobierna con políticas de derecha.

Poco hay que agregar en este nuevo y amargo año, más impuestos que pagar mientras que la canasta básica se dispara por las nubes.

 

Así 2016 para el gobierno silvanista es el inicio de un nuevo comienzo dejando caer sobre los trabajadores michoacanos la deuda de 25 mil millones de pesos más lo que se acumule, mientras que los peces gordos andan sueltos y que seguramente ni un pececito conchito ira a la cárcel por peculado. Los diputados y el gobernador pidieron solidaridad a cambio de hambre y de miseria a los michoacanos en este gélido invierno financiero.