José María Carmona
Poco a poco el peso mexicano se hunde en el despeñadero de la incertidumbre y hasta el momento las autoridades financieras del país no han tomado ninguna medida de carácter monetario para apuntar la caída casi vertical del valor de la moneda nacional que sigue la misma tendencia del nivel de aceptación de la figura presidencial.
Para los analistas y la versión oficial los factores de la devaluación del peso en términos técnicos, así se debe de manejar son de carácter externo.
Por un lado está la incertidumbre por un probable aumento de las tasas de interés en Estados Unidos por parte de la Reserva Federal que el día de hoy miércoles pueden anunciar lo que pone mucha incertidumbre entre los inversionistas que están dispuestos a sacar los miles de millones de dólares del país, de acuerdo al Banco de México en manos de inversionistas extranjeros esta un monto superior a 50 mil millones de dólares en papeles de deuda pública emitida por el gobierno federal de México, en cualquier momento pueden salir al mercado a vender para buscar mejores rendimientos y mayor certidumbre en el mercado de dinero de Estados Unidos.
Aunque las reservas del país se encuentran por arriba de los 180 mil millones de dólares contando con la línea de crédito del Fondo Monetario Internacional en cualquier momento el Banco de México junto con la Comisión de Cambios podría salir al mercado a vender miles de millones de dólares para “combatir” la especulación contra la tan golpeada moneda mexicana.
Otro de los elementos a considerar es el factor de Donald Trump que de acuerdo a las encuestas más serias –si las hay- la carrera por la presidencia de los Estados Unidos técnicamente esta empata con Hilary Clinton lo que tienen muy nerviosos a los inversionistas, aunque con su discurso antiinmigrante si gana la presidencia gravaría el envió de remesas al país que es la tercera fuente más importante de divisas, además de romper con el Tratado de Libre Comercio, pero también la Clinton esta porque se abra una renegociación del acuerdo comercial, lo que implica muchas modificaciones en la relación bilateral no solamente en el ámbito comercial sino también de inversión y financiero para el país, cabe señalar que en otra entrega se analizara las repercusiones reales de la cancelación del TLC.
Un último elemento a considerar en la devaluación del peso es la caída del precio internacional del petróleo lo que repercute directamente en la caída de los ingresos petroleros del país y del gobierno, generando expectativas negativas entre los inversionistas internacionales.
Todo los elementos antes apuntados son las explicaciones de la devaluación de la moneda nacional según la versión del gobierno, las autoridades financieras del país y los analistas del sector privado, pero este fenómeno tiene otras causas más profundas y factores internos empezando por el tipo de relación comercial y el alto grado de dependencia de la economía mexicana con relación a la estadounidense.
La integración comercial y financiera inaugurada a partir de los años 80 del siglo pasado cuando la economía inicio el proceso de apertura comercial y financiera conjuntamente con el proceso de privatización de la economía, la que la transformo al grado de que se depende en más de un 80 por ciento del mercado y el dinamismo de la economía estadounidense.
A lo anterior hay que agregar la desindustrialización y la baja productividad de los factores productivos, así como el rompimiento de las cadenas productivas y un alto grado de especialización en el sector exportador del país.
El tipo de cambio no es más que la expresión monetaria de las relaciones comerciales, financieras y productivas entre dos países, que en el caso mexicano el grado de dependencia con relación al mercado estadounidense es casi absoluto y los elementos de incertidumbre financiera y cambiaria tan solo son manifestaciones de un problema estructural producto de los que se llama popularmente el neoliberalismo a la mexicana.
De esta manera, para varios analistas el peso todavía no está a su nivel de su poder adquisitivo y es probable que al término del año el tipo de cambio sea superior a los 20 pesos. Así la moneda nacional sigue cayendo por el despeñadero que ha construido el gobierno y las autoridades financieras.