En la 131 conmemoración del Día del Trabajo, el sindicalismo independiente demandó un cambio de rumbo en la política económica y social del régimen, exigió dar marcha atrás a las reformas estructurales, particularmente la laboral, la energética y la educativa, y demandó un incremento salarial ante la inflación generada por el gasolinazo.
Decenas de miles de trabajadores marcharon al Zócalo, donde protestaron por la violación de sus derechos laborales; una vez ahí quemaron monigotes con las efigies de los presidentes Enrique Peña Nieto y Donald Trump. También llevaron a un trabajador ‘‘sacrificado’’, quien apareció amarrado a una cruz.
En el mitin, los manifestantes repudiaron el asesinato de 99 periodistas en México, del año 2000 a la fecha. Exigieron justicia por el homicidio de la corresponsal de La Jornada en Chihuahua, Miroslava Breach.
Trabajadores de sindicatos universitarios, mineros, pilotos, sobrecargos, electricistas, técnicos petroleros, maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, estudiantes y campesinos, entre otros, partieron del Ángel de la Independencia, del Antimonumento a los 43, de Bellas Artes, del Eje Central y de Tlatelolco en marchas para conmemorar el Día del Trabajo. A la movilización independiente se sumaron los padres y madres de los 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos y migrantes deportados.
En menos de media hora, el Congreso del Trabajo (CT) despachó la conmemoración del Día Internacional del Trabajo en la Plaza de la Constitución, porque sus dirigentes debían acudir al acto con el presidente Enrique Peña Nieto en la residencia oficial de Los Pinos.
Al líder de esta central obrera oficialista, Carlos Aceves del Olmo, sólo le bastaron cuatro minutos para ofrecer un discurso cuya demanda principal fue que ‘‘haya dinerito en los bolsillos de los trabajadores’’.
Con un Zócalo lleno de trabajadores de diversos gremios, pertenecientes a la Confederación de Trabajadores de México y Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado, entre otros, todos uniformados y portando matracas y pancartas en las que demandaban ‘‘aumento a los salarios mínimos’’, la celebración se hizo a toda prisa.
El sector privado señaló que hay grandes retos en materia laboral, como dignificar los salarios de los trabajadores, combatir el empleo informal, tener reglas claras para el registro de contratos colectivos, así como eliminar la regulación excesiva para invertir y crear más fuentes de empleo.
La Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) señaló que en México, 40.3 por ciento de la población ocupada gana de uno a dos salarios mínimos, y de esos trabajadores 22.3 por ciento se desempeña en la economía formal, al destacar que en la ‘‘nueva cultura laboral’’ patrones y ‘‘colaboradores’’ enfrentan enormes retos para llegar a tener una sociedad donde haya menos desigualdad.
Por separado, el presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), Juan Pablo Castañón, dijo que es necesario hacer ‘‘corte de caja porque el trabajo debe ser digno, decente y bien remunerado’’, pero urgió a combatir la econonomía informal porque, dijo, en la actualidad seis de cada 10 mexicanos se ocupan en ese sector.
Trabajadores jubilados de Mexicana de Aviación demandaron al gobierno federal la remoción de Alfonso Ascencio, síndico encargado del proceso de quiebra de la aerolínea, quien –señalaron– fue jurídico de Volaris al inicio del concurso mercantil.
‘‘Durante ese periodo realizó diversas gestiones para beneficiar a esa empresa aprovechando la situación de quiebra de Mexicana, evidenciando un claro conflicto de intereses’’, dijeron.
Los trabajadores en retiro entregaron una carta en la Secretaría de Gobernación para que intervenga en la recuperación de las 2 mil 500 rutas y slots de Mexicana y que no se vendan los talleres de la Base de Mantenimiento denominada MRO, para que sus utilidades se canalicen a la generación de liquidaciones dignas.
Mtro. José María Gerardo Carmona Rocha Aspirante a Rector
NUMERO 18 JUN-JUL 2023
Jose María Carmona
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José María Carmona
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