Susana González G.

En América Latina, el cuidado de niños y adultos mayores, así como las tareas del hogar, aportan entre 5 y 10 por ciento del empleo total de la región, porcentaje que se ha mantenido estable porque la población, sobre todo la de menores recursos económicos, no tiene acceso a los servicios de seguridad social ni puede pagar a otras personas que se hagan cargo de dichas tareas, indica un estudio de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).

En el caso de México, en los hogares pobres, cuya jefatura está a cargo de hombres, se destina 4.4 por ciento del gasto total a dichos cuidados, pero el porcentaje se eleva a 4.6 por ciento si quienes encabezan los hogares son mujeres. En los hogares ‘‘no pobres’’ esa proporción se eleva a 6 por ciento, en el caso de las jefaturas masculinas, y 6.5 con las mujeres al frente.

Si hay un anciano en el hogar, el gasto sube hasta 8.7 por ciento respecto al gasto total hecho por las familias, mientras que donde no los hay es de 5.9 por ciento como promedio general, detallan estadísticas del estudio Protección social en América Latina, a cargo de Ana Sojo.

En promedio, en los países de América Latina el gasto en los cuidados como proporción del total que realizan los hogares equivale a 4.8 por ciento, pero en el quintil uno, referido a la quinta parte de población con menores ingresos, baja a 4.2 por ciento y en el quintil 5 sube a 5.3 .

‘‘El cuidado proporciona tanto subsistencia como bienestar y desarrollo. Abarca la indispensable provisión cotidiana de bienestar físico, afectivo y emocional a lo largo de todo el ciclo vital de las personas’’.