Fabiola Martínez

Las dos resoluciones de la Corte son buenas, sostuvo el presidente Andrés Manuel López Obrador acerca de los veredictos de la consulta de revocación de mandato y sobre el acuerdo para transparentar las obras públicas de su gobierno.

En opinión del mandatario, con ello se avala la consulta y es una muy buena noticia, mientras que en el otro punto se podrá cumplir con el objetivo de mover al elefante de la burocracia y no detener los proyectos de su gobierno.

Nunca hubo la intención de ocultar información... Entendemos que la transparencia es regla de la democracia y no venimos aquí a ocultar nada, queremos que la vida pública sea cada vez más pública, señaló en conferencia de prensa.

El martes, un ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación ordenó al Instituto Nacional Electoral ajustar su presupuesto del año entrante, cumplir lo establecido en la Constitución y realizar la consulta de revocación de mandato.

Igualmente preservó el acuerdo del jefe del Ejecutivo, publicado el pasado 22 de noviembre, a partir del cual las obras prioritarias del gobierno federal pueden ser clasificadas como de seguridad nacional; no obstante, le prohíbe reservar de manera general la información de esas construcciones.

Consultado al respecto, el mandatario recalcó que la citada consulta de revocación será histórica, más allá del resultado, porque se dejarán sentadas las bases para hacer realidad la democracia participativa.

Entonces, eso es lo que la Corte está permitiendo. Es un avance, porque nos ha costado mucho, se ha batallado bastante para que se establezca la revocación de mandato.

Al reiterar que durante el periodo neoliberal la democracia fue sólo un choro mareador señaló que todos quienes estén a favor y en contra deberán prepararse para la consulta.

Lamentó que sus opositores magnifiquen, por desesperación, sus posicionamientos, como cuando afirmaron que el acuerdo relacionado con las obras era un golpe de Estado, aunque lo positivo del asunto es que se están quitando la máscara.

Manifestó que en Facebook una usuaria puso una fotografía de Javier Sicilia, cuando el escritor encabezó una marcha de Morelos a la Ciudad de México y, a la distancia, la joven escribió: qué engaño tan grande, o sea, cómo me equivoqué.

Pero López Obrador, al contrario, dijo que él no se equivocó porque siempre sintió falso a Sicilia, quien recientemente señaló que la concentración en el Zócalo en la cual el mandatario dio un informe por tres años de gobierno fue una imagen hitleriana.

El mandatario trajo a colación el episodio cuando en tiempo de campaña el escritor besaba a todos los candidatos, como muestra de hermandad, de fraternidad.

Yo desde entonces lo sentí falso; entonces, me quiso besar y dije: no, no, no. Lo aguanté, a mí no me besó. ¿Quiénes eran los candidatos? Besó a Manlio, besó a Josefina, a Peña. Y no me equivoqué. Pero es esa política, pues, del viejo régimen de simulación, de la demagogia, de la mentira, del zigzagueo.