Roberto Garduño y Néstor Jiménez

En el proceso de venta del llamado avión presidencial estamos buscando todas las opciones. Es muy lujoso, muy extravagante, lo hicieron a la medida, no es un avión hecho en serie, entonces cuesta trabajo venderlo, nos está costando trabajo, aceptó el presidente Andrés Manuel López Obrador.

Dio cuenta de una reunión celebrada hace unos días en Palacio Nacional con funcionarios de Aeroméxico y la estadunidense Delta, a cuenta de la restructuración de la deuda de la primera, y el nivel de operación de ambas en el país y diversas naciones. Ahí, informó, “aproveché para ofrecerles el avión, porque podrían usarlo como tú lo estás sugiriendo –se dirigió al reportero Urbano Barrera–, que lo administre Aeroméxico, si lo deciden, y que lo puedan usar para viajes ejecutivos o fiestas, porque hay la costumbre de que hay matrimonios o se casan en algún lugar ¿no?, del Caribe y va la familia y van invitados; bueno, pues para eso podría utilizarse el avión.”

En el Salón Tesorería de Palacio Nacional, el tabasqueño se dirigió a la población (para que) tenga claro, que con el avión aun teniéndolo en tierra y pagando el mantenimiento para que esté siempre en condiciones, y no se deteriore, ahorramos. Teniéndolo en tierra y pagando el mantenimiento nos sale mejor, porque si lo usáramos nos costaría mucho el traslado.

Para comparar refirió que en sus viajes ocupa menos dinero que si se utilizara el avión presidencial. Yo salgo todos los fines de semana y con todo y la ayudantía nos debemos de gastar en pasaje como 50 mil pesos de ida y vuelta; a la semana, 200 mil; pónganle 500 mil al mes; al año, 6 millones. Ese avión sólo en el último viaje que hizo el presidente Peña Nieto, de Argentina a México, México-Argentina, se gastaron 7 millones sólo por el servicio de Internet, que es lo que yo me puedo gastar en todo el año de boletos de avión, y voy bien, sin problema.