Alonso Urrutia y Alma E. Muñoz

Ante el amago del mandatario de Estados Unidos, Donald Trump, de sancionar a México por incumplimiento en sus compromisos de combate al narcotráfico, el presidente Andrés Manuel López Obrador desestimó los riesgos, por la buena relación entre ambos países, y consideró que el reporte surge en plena etapa electoral en ese país. No vamos a caer en ninguna confrontación política, por lo que recomendó a la cancillería fijar una postura, pero suave, suave. Amor y paz, no amerita una respuesta ríspida y enérgica.

En tanto, reconoció que el gobernador de Texas, Greg Abbot, envió una carta al secretario de Estado, Mike Pompeo, solicitando que exija a México el pago del agua que corresponde por el tratado vigente desde 1944.

López Obrador criticó la politiquería que prevalece entre los grupos de Chihuahua renuentes a entregar la cuota del líquido, conformados por grandes productores de nogal ligados a partidos políticos con el objeto de obtener raja electoral porque no han hecho su trabajo político.

“Lo que pasa en Chihuahua es porque la Conagua estaba tomada por gente que obtenía beneficios del manejo del agua; ellos eran los que mandaban y decidían”. Desde hace seis meses hay pláticas con la Secretaría de Gobernación, pero sólo han utilizado el diálogo para prolongar la solución y llevar el problema a los límites en los plazos para cumplir el tratado. Son intereses creados de gente que piensa sólo en su conveniencia, grandes productores que siempre han sacado provecho del agua. No tiene que ver con pequeños agricultores.

La próxima semana se presentará un informe sobre los hechos en que falleció una mujer, debido a que la fiscalía estatal ya entregó el reporte oficial. He dado instrucciones para que se vaya hasta las últimas consecuencias. Esto duele mucho. Nosotros no aceptamos que haya los llamados daños colaterales. El sufrimiento de un ser humano es igual al de todos.

Al referirse a la amenaza estadunidense de sancionar a México por un deficiente combate al narcotráfico, lo definió sólo como “un punto de vista que se respeta. No vamos a confrontarnos, tenemos muy buena relación con el presidente Donald Trump (…) No hay nada que temer.

Hay que ser cuidadosos, porque falta un mes y medio para que concluya el proceso electoral y no amerita esa declaración una contestación ni ríspida ni enérgica, porque es muy buena la relación.