Gustavo Castillo García

Los restos de algunos estudiantes se encontraban a ras de tierra, señala

Evidencias obtenidas recientemente por la Fiscalía General de la República (FGR) sobre el caso Ayotzinapa refieren que los integrantes de Guerreros Unidos arrojaron por la ladera del barranco La Carnicería a un número indeterminado de víctimas dentro de costales, y a la mayor parte de los restos que se localizaron ya no fue posible practicarles exámenes genéticos para establecer su identidad, reveló el fiscal especial Omar Gómez Trejo.

En entrevista con La Jornada informó que parte de la estrategia para dar con el paradero de los 43 normalistas desaparecidos desde septiembre de 2014 consiste en ofrecer beneficios jurídicos para participantes en los hechos o testigos de lo sucedido, y también para los funcionarios que puedan aportar datos de la manera en que se tergiversaron las investigaciones en la administración pasada.

Gómez Trejo señaló que la identificación de los restos óseos de Christian Alfonso Rodríguez Telumbre es una gran noticia, aunque triste. Cuando tomé posesión del cargo los padres me dijeron que les informara la verdad, aunque fuera cruda y doliera, y eso es lo que estoy haciendo.

–¿En qué condiciones fueron encontrados estos restos? ¿Es la misma situación que en el basurero de Cocula? ¿Las víctimas fueron incineradas?

–No, fue en un paraje que se le conoce como Barranca de la Carnicería. Los restos estaban en superficie. De los 130 fragmentos, solamente tres pudieron ser propensos a análisis genéticos; muchos ya se habían mineralizado por el transcurso del tiempo, estaban porosos o gruesos.

“¿La mecánica de la desaparición? Fueron aventados en costales. Ese lugar donde se hizo el hallazgo es una pendiente. Fuimos encontrando restos que fueron aventados. El costal estaba roto y se fueron desplazando a lo largo de la barranca. Una característica completamente diferente a lo que inicialmente se denominó como la ‘verdad histórica’.

Acá no hay una fosa. Los restos fueron encontrados en superficie. Tuvimos que barbechar, limpiar la zona; los peritos y arqueólogos tuvieron mucho cuidado, generaron una retícula bastante grande y trabajaron entre 270 y 300 metros.

–¿Hallaron restos balísticos que refieran que allí fueron ejecutados?

–No.

–¿Tiene un estimado de cuántos estudiantes o personas pudieron haber sido lanzadas en este espacio?

–Tampoco. Lo que sí vamos a hacer es abrir más la zona de búsqueda en esa región.

–¿Ya hay conocimiento de en cuántos grupos se habría separado a los normalistas la noche del 26 de septiembre de 2014?

–Fueron separados. En cuántos grupos o número en cada uno, es algo que todavía tengo en reserva de información.

–En el mensaje en el cual informó de la identificación de Christian Alfonso Rodríguez Telumbre hizo un ofrecimiento para la gente que pudo haber participado…

Beneficios a quien coopere

–¡Claro! Tanto el nuevo sistema como el tradicional dan la posibilidad de ofrecer beneficios o criterios de oportunidad. No soy el único que lo ha dicho, lo han mencionado el presidente Andrés Manuel López Obrador y el fiscal general Alejandro Gertz Manero.

Es la única forma en la cual se puede acceder a información valiosa: los que lo hicieron, los que participaron, los que tergiversaron.

–¿Se ha avanzado en estas líneas relacionadas con la utilización de los teléfonos?

–Es una prueba clave en una investigación por el tráfico de mensajes, llamadas y georreferenciaciones. Es uno de los principales mapas que hemos explorado, y hay cosas muy claras en cuanto a cómo interpretarlo a la luz de declaraciones de probables responsables desde 2014.

–¿Hay evidencia de que algunos fueron torturados o retenidos más allá de la madrugada del 27 de septiembre de ese año?

–Es parte de lo que tenemos abierto, hemos encontrado datos muy interesantes sobre la mecánica de la desaparición. Hemos ido encontrando datos buenos, sanos, que nos llevan a tener una certeza muy clara de dónde estamos parados y cómo vamos construyendo una narrativa minuto a minuto.