José Antonio Román

Mutación de bacterias dificulta su tratamiento, señala

En el Centro Histórico de la capital aumentó la movilidad de gente que realiza compras de productos no esenciales.

En el escenario de la pandemia del Covid-19, la utilización inadecuada de antibióticos se ha expandido de manera importante, lo cual acelerará la resistencia a algunos fármacos que ya era, aun antes de la epidemia, una amenaza global y un problema crítico en el cuidado de la salud, afirmó Samuel Ponce de León, coordinador del Programa Universitario de Investigación en Salud, de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Las consecuencias, dijo, se verán en unos cuantos meses, pues con el nivel de contagio a escala global, de al menos 10 millones de personas, donde se ha visto que a un mismo paciente se prescriben recetas médicas con combinaciones de antivirales, más antibióticos, más antiparásitos, es previsible el registro de un aumento en esta resistencia.

Al participar en el foro virtual Covid-19. Resistencia antimicrobiana, el reto que viene, el coordinador de la Comisión Universitaria para la Atención de la Emergencia del Coronavirus recordó que la resistencia a los antibióticos ya era un grave problema global antes de la llegada del Covid-19, derivado de un uso inadecuado y excesivo de fármacos.

Incluso, citó que en diversos estudios previos se encontró que hasta nueve de cada diez pacientes que acuden a atención médica con un cuadro de problema respiratorio reciben antimicrobianos, siendo que el diagnóstico clínico no lo sugiere ni recomienda.

La resistencia ocurre cuando las bacterias mutan y se vuelven capaces de resistir los efectos de un antibiótico. Su uso excesivo e indiscriminado ha llevado al aumento a esta resistencia.

Cada vez que se toman antibióticos, las bacterias sensibles mueren, pero gérmenes resistentes pueden crecer y multiplicarse, propagándose a otras personas, con lo que se hace más difícil su tratamiento.

Con esta creciente resistencia en todo el mundo, dijo, nos estamos quedando sin antibióticos, se pierde la posibilidad de usar estas magníficas herramientas. Incluso citó que algunas familias de antimicrobianos, que hace dos décadas eran muy eficaces para tratar algunas afecciones, hoy ya no lo son.

Algunas de las consecuencias son que la enfermedad se prolongue por más tiempo, aumente el riesgo de muerte, crezca el costo de hospitalización y en el paciente, además de las repercusiones en un mayor número de estudios clínicos en la búsqueda de nuevos tratamientos.

El uso y beneficio de los antibióticos representa una seguridad para prevenir, curar y tratar procesos en seres humanos y animales. Son un bien público, no son renovables en sentido estricto y su uso inadecuado repercute a todos, advirtió y agregó que hay estudios serios que indican que para 2050 la principal causa de muerte en el mundo será justamente la resistencia a los antibióticos.