Ángeles Cruz Martínez

Durante la fase tres de la pandemia de Covid-19, en la cual ya se observa un crecimiento acelerado de casos, es previsible que también aumenten los decesos, sobre todo en regiones donde se reporta la mayor transmisión del nuevo coronavirus, y que los servicios funerarios, de panteones y cremación de cadáveres se vean rebasados. Con la finalidad de evitar problemas y riesgos de contagio, la Secretaría de Salud (Ssa) emitió los nuevos Lineamientos de Manejo General y Masivo de Cadáveres.

El documento puntualiza que el propósito es disminuir los riesgos de transmisión del coronavirus a los familiares de la persona fallecida, al personal de salud y al de los servicios funerarios. Resalta la importancia de que los deudos reciban un trato con pleno respeto a la dignidad humana, sensible y solidario.

Establece que una vez ocurrido el deceso de paciente en algún hospital, se debe permitir a dos familiares y/o amigos más próximos que lo vean, siempre que utilicen equipos de protección personal que les proporcionarán en la unidad médica. Se les recomendará que no tengan contacto físico con el cadáver, no lo toquen ni besen el cuerpo.

Los lineamientos señalan que sólo en caso de ser necesario las entidades podrán instalar un centro temporal para el resguardo de cadáveres y en los panteones disponer de espacios para inhumaciones masivas. Lo anterior, con el fin de garantizar que la disposición final de los cuerpos se llevará a cabo en el menor tiempo posible, dentro de las 48 horas posteriores al deceso.

Con estas medidas se busca evitar situaciones como las que en semanas pasadas se dieron a conocer en Ecuador, donde por la falta de previsión y capacidad de respuesta los cuerpos de personas que murieron a causa de la pandemia permanecieron durante días en las calles.

Para el caso de México, la Ssa es enfática en sus lineamientos respecto de la necesidad de anticiparse a la posibilidad de un incremento súbito de la mortalidad en alguna región y los riesgos que implicarían para el resto de la población.

En cuanto a la velación, la Ssa propone evitarla con la finalidad de cumplir con las disposiciones de distanciamiento social y prevenir el riesgo de contagio, en particular de las personas que mantuvieron contacto cercano con el pariente fallecido por Covid-19.

Si esto no es posible, propone que la velación se realice en un lapso máximo de cuatro horas y en lugares con no más de 20 personas. El ataúd debe permanecer cerrado.

Los lineamientos también señalan que siempre que los cadáveres estén plenamente identificados es posible realizar la cremación de los restos si así lo decide la familia. De lo contrario, procede la sepultura y tanto en las inhumaciones individuales como en las colectivas, sólo se podrán exhumar después de 180 días.