César Arellano García

En algunos casos se trata de productos que las empresas desechan

Sin importar las condiciones de insalubridad que prevalecen en mercados sobre ruedas donde venden chácharas, hay gente que compra en estos lugares cubrebocas o filtros de protección respiratorios nuevos o usados, así como guantes de látex o gel antibacterial caseros para protegerse de la pandemia del nuevo coronavirus.

La mayoría de los comerciantes colocan su mercancía en el suelo, y sin importar de dónde provengan los productos, decenas de personas recorren con sus hijos o padres de la tercera edad los tianguis que se ubican en alcaldías de la capital o áreas conurbadas del estado de México.

Incluso ignoran las recomendaciones de autoridades de la Secretaría de Salud federal de quedarse en casa, mantener cierta distancia o evitar tocarse cara, ojos y nariz con las manos sucias. Sólo una minoría de comerciantes traía cubrebocas, pero de adorno en el cuello.

Gabriel comercializa todo tipo de productos usados, entre ellos respiradores industriales de caucho que incluyen filtros. Señala que son artículos que las empresas ya no utilizan, por lo que son recolectados en basureros. Con lo del virus, he vendido un poco más los filtros. La gente nunca pregunta dónde se consiguen. Los vendo baratos para que salgan rápido.

Durante un recorrido realizado por La Jornada en mercados al aire libre localizados entre límites de la capital del país y el estado de México, como el de San Juan y avenida Texcoco, el Bordo de Xochiaca y Santa Cruz Meyehualco en Iztapalapa, así como el tianguis de la Bola, en la alcaldía Coyoacán, por mencionar algunos, se observó que los respiradores se ofertan entre 50 y 500 pesos, dependiendo de la marca y si es nuevo o usado.

También se venden caretas, entre 50 y 200 pesos; gel antlbacterial casero, 100 pesos la botella de litro; cubrebocas, en dos pesos la pieza o hasta en 50 el paquete de cinco, dependiendo de la calidad; los guantes de látex costaban 10 pesos el par.

Aunque la mayoría de los cubrebocas vienen en bolsa de plástico, no impedía que algunos tuvieran polvo al interior del empaque ya que estaban en el suelo. Pero no sólo eso, en estos mercados sobre ruedas la gente también compra medicamentos de prescripción, algunos ya caducos.

Debido al confinamiento social puesto en práctica por el gobierno federal en todo el país desde el pasado 23 de marzo, se incrementó el número de vendedores en mercados sobre ruedas que venden cosas usadas, entre ellas utensilios de cocina, ropa, zapatos y juguetes.

Uno de los afectados que colocaron su pequeño puesto de pelucas en un tianguis cerca de la avenida Pantitlán, en los límites de Nezahualcóyotl y la alcaldía Venustiano Carranza, explicó que vendía en el Centro Histórico, pero como la mayoría de los comercios cerraron debido a la emergencia sanitaria, tiene que desplazarse a diferentes zonas para ofrecer su mercancía.

Estaba desesperado por no poder salir a ofrecer mis productos; se acabó el dinero, si no vendo, mi familia no come, lamentó.