Gustavo Castillo y Eduardo Murillo

La compra que realizó Petróleos Mexicanos (Pemex) de la planta Agronitrogenados a la compañía Altos Hornos de México, con un sobreprecio superior a 450 millones de dólares, hizo que tres de los familiares más cercanos de Emilio Lozoya Austin fueran acusados de realizar operaciones con recursos de procedencia ilícita y asociación delictuosa: su madre, Gilda Austin; su hermana, Gilda Susana, y su esposa, la empresaria alemana Marielle Helene Eckes. La primera está sujeta a proceso penal y logró el beneficio de la prisión domiciliaria; las otras dos están prófugas.

Durante los 10 meses recientes los familiares de Lozoya buscaron la protección de la justicia federal, pero el juicio de amparo promovido ante el juzgado 14 de distrito en la materia, con sede en la Ciudad de México, concluyó sin beneficio para Gilda Susana Lozoya Austin y Marielle Helene Eckes.

Sigue vigente la orden de aprehensión librada en su contra por la juez María Elena Cardona Ramos, con sede en el Reclusorio Norte de la Ciudad de México, ya que según las investigaciones de la Fiscalía General de la República, ellas y el empresario Alonso Ancira se relacionaron o beneficiaron de las transferencias ilícitas por la compraventa de Agronitrogenados y sus acciones que causaron grave daño patrimonial a Pemex por la compra de la empresa considerada chatarra por la Auditoría Superior de la Federación, que se concretó en 2015.

La madre de Lozoya Austin fue detenida en Alemania, y luego de ser extraditada a México, compareció ante un juez del Reclusorio Norte, donde la enteraron de que su hijo había utilizado una de sus cuentas bancarias para transferir recursos que provenían de Alonso Ancira y sirvieron para pagar la escrituración de una residencia en Ixtapa Zihuatanejo, que, según el Ministerio Público Federal, fue adquirida con dinero ilícito.