Roberto Garduño y Enrique Méndez

Ninguno de los 47 diputados del Partido Revolucionario Institucional (PRI) hemos pedido limosna ni nos hemos hincado ante las decisiones del poder público o nos hemos entregado a ningún coqueteo, aseguró el coordinador de esa bancada, René Juárez Cisneros.

Al comenzar la reunió plenaria de los legisladores del tricolor, Juárez Cisneros sostuvo que es tiempo de unidad, pero también acotó que el partido no se ha desintegrado ni se ha hecho pedazos.

También explicó que frente al gobierno federal lo más fácil para los diputados priístas habría sido ubicarnos en un espacio de confrontación permanente, sistemática, a veces sin razón y actuando mecánicamente, o bien actuar de manera sumisa y abyecta ante el poder.

Lo que se ha hecho, abundó, es respaldar las decisiones que contribuyen a resolver los problemas de los ciudadanos y enfrentar los temas que pueden lastimar a México.

Consideró que si los opositores al PRI apuestan a descalificar al partido, la tendencia de los priístas es a la relación respetuosa y constructiva. Si alguien menosprecia las voces disidentes abriremos un espacio para construir.

El ex gobernador de Guerrero también admitió que el PRI falló y cometió un error histórico al permitir que el poder se sirviera a sí mismo y no a los ciudadanos. El poder es para servirle a la gente, no para ponerlo al servicio del poderoso, abundó.

También consideró que en la etapa de reorganización en ese partido no debe haber espacio para la mezquindad ni para la exclusión y evaluó que sólo quien no quiera, no estará dispuesto a contribuir y retribuir con trabajo político.

Refirió que la agenda legislativa del tricolor va desde propuestas para atacar la inseguridad terrible, la falta de empleo, en materia de derechos humanos, protección al medio ambiente y cualquier reforma en materia de justicia que no vulnere los derechos humanos.