Israel Rodríguez

Daño a la hacienda pública por $354 mil millones

Margarita Ríos-Farjat, titular del Servicio de Administración Tributaria (SAT), rechazó que la reciente aprobación de una ley que equipara la falsificación de facturas con delincuencia organizada sea terrorismo fiscal.

Precisó que el SAT detectó en los pasados cinco años la emisión de más de 9 mil millones de facturas falsas por un monto de un billón 900 mil millones de pesos, en operaciones simuladas con una evasión de 354 mil millones.

Explicó que la compensación universal era un mecanismo que se venía utilizando desde 2004 para respaldar rangos de entre 3 y 4 por ciento de IVA, pero su uso se disparó en 2013, justo cuando en la miscelánea fiscal se relevó a los contribuyentes de presentar el aviso de compensación .

Aseguró que este incentivo perdió fuerza cuando el fisco dejó de fiscalizar prácticamente porque estaba imposibilitado. Así, la compensación se disparó de 3 hasta 10 por ciento en todos los saldos de IVA en 2013, y llegó hasta 20 por ciento para 2018.

Para algo que en una década no llegaba a 3 por ciento, en 2018 los montos eran estratosféricos.“

En la curva creciente en el uso de ese incentivo a partir de 2013 coincide de manera muy reveladora con el incremento de la compraventa de facturas de operaciones simuladas, refirió.

La titular del SAT, Margarita Ríos-Farjat, salió en defensa de la reforma que prevé castigos más severos para la evasión fiscal.

 De 2014 a junio de 2019 las factureras detectadas aumentaron 21 veces. La compensación universal era un incentivo buenísimo, pero en un entorno de falta de fiscalización lo que sucedió es que los que quieren hacer trampa la llevan a cabo, y la industria de las facturas falsas se va a las nubes.

En ese periodo se detectaron 9 mil millones de facturas falsas, al menos las que se tienen relacionadas con las empresas publicadas, por un monto de 1.6 billones de pesos, con una presuntiva de evasión de 354 mil millones de pesos.

En entrevista, dijo que tras la compensación universal el empresario se acostumbró a no entregar las formas fiscales de manera correcta y la entrega de manera distinta, por lo que hay que regresar a las prácticas de devolución de IVA como se hacía.

Hay una falta de costumbre, una falta de acoplamiento y pagan justos por pecadores. El problema, dijo, es el escenario de una evasión fiscal monumental.