Enrique Méndez y Roberto Garduño

Durante el presente año el gobierno federal dejará de percibir –vía impuestos– 4 mil 324 millones de pesos que fueron condonados a empresas dedicadas a la compra de maquinaria para producir energías renovables; beneficios fiscales para mineras, que resultaron favorecidas mediante el no pago del impuesto sobre la renta (ISR) por el derecho especial sobre minería; reducción de pago de impuestos a constructoras para equilibrar la baja inversión en ese sector desde 2014 y el perdón fiscal a importadores de chicle.

La Cámara de Diputados señala la conclusión de la Secretaría de Hacienda sobre gastos fiscales como la renuncia recaudatoria resultante de un tratamiento impositivo que se desvía de la estructurara normal de los impuestos y da lugar a un régimen de excepción, que se concreta en un beneficio fiscal.

Se justifica que en el sector secundario de la economía la carga impositiva se convierte en factor primordial para las expectativas de inversión, por lo cual por medio de incentivos fiscales la autoridad hacendaria busca fomentar la inversión y fortalecer el crecimiento de industrias clave para el desarrollo económico del país.

El sector secundario aportó 31.2 por ciento del producto interno bruto en 2018 y registró un crecimiento medio anual real de 2.3 por ciento entre 2010-19.

El Centro de Estudio de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados advierte que entre los beneficios fiscales otorgados a esas empresas destaca la deducción de maquinaria y equipo para la generación de energía con fuentes renovables o sistemas de cogeneración de electricidad eficiente.

El monto de ese beneficio registró un incremento de 51.3 por ciento entre 2015 y 2019 para alcanzar un gasto fiscal de 3 mil 980 millones de pesos en 2019.

El estímulo fiscal otorgado al sector minero, por el cual se le concede un acreditamiento contra el ISR del derecho especial sobre minería, costó al sistema tributario 135 millones de pesos.

En cuanto a la industria de la construcción, al igual que en 2014, a la fecha se ha acentuado la tendencia decreciente de la inversión generando un estímulo fiscal que se manifiesta en una pérdida de recaudación por 110 millones de pesos.

Y en el caso del beneficio fiscal en favor de importadores de chicle y goma de mascar, la pérdida recaudatoria es de 99 millones de pesos en lo que va del año.