Ana Langner

El canciller niega presiones de la Casa Blanca

México y Estados Unidos habrán de trabajar de manera conjunta con la condición de que coexistan con una visión distinta sobre la migración, declaró el canciller Marcelo Ebrard, quien viajará el 7 de mayo a Washington para hablar del tema.

En conferencia de prensa en la que participaron autoridades del Instituto Nacional de Migración (INM) y de la Secretaría de Gobernación (SG), negó que existan presiones de la Casa Blanca para que México conduzca su política migratoria.

“En cuanto a la relación bilateral… no hay una comunicación oficial en donde se le diga a México: ‘Tienes que hacer esto’, y nosotros digamos que sí”, afirmó.

Anunció que entre miércoles y jueves el gobierno mexicano presentará a sus contrapartes en Estados Unidos un documento sobre los impactos por los retrasos en la frontera y expondrán por qué para los dos principales socios comerciales eso resulta muy costoso e inútil.

Dijo que el 7 de mayo viajará a Washington con el propósito de analizar cómo mejorar la relación entre México y Estados Unidos, asumiendo que tenemos diferentes puntos de vista sobre varias materias, como la migración.

Aseguró que en ningún momento México ha planteado cambiar su política migratoria, la cual se basa en el Pacto Mundial para una Migración Segura, Ordenada y Regular adoptado en una conferencia celebrada en diciembre de 2018 en Marrakech, Marruecos.

Informó que tras el CEO Dialogue, cumbre empresarial celebrada en Mérida, Yucatán, con industriales de Estados Unidos, le comunicaron al gobierno de México una inversión inmediata de 500 millones de dólares. Reiteró que por primera vez, de acuerdo con cifras oficiales, en enero y febrero pasados México es el socio comercial número uno de Estados Unidos, ya que el intercambio entre ambos países ascendió a 97 mil 418 millones de dólares.

Acerca del la ratificación del acuerdo comercial México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), dijo que el 18 de abril la Comisión Internacional de Comercio publicó un reporte sobre el impacto del tratado y luego del acuerdo final éste será enviado al Congreso y la Cámara de Representantes tendrá 90 días para votar; estamos en la inminencia de que este proceso se realice.