José Antonio Román

Aunque en forma incipiente, en años recientes ha empezado a observarse la tendencia de que los migrantes, sobre todo los centroamericanos, optan por hacer de México su país de destino tras su intento fallido de llegar a Estados Unidos, señaló la Red de Documentación de las Organizaciones Defensoras de Migrantes (Redodem).

En su reporte Migrantes en México: recorriendo un camino de violencia, la red –integrada por una veintena de socios de la sociedad civil que incluyen casas, albergues, comedores, estancias y organizaciones distribuidos en varias entidades del país– advirtió que desde hace algunos años hay una reconfiguración de la migración regional, donde a la violencia y la inseguridad en varios países centroamericanos se ha sumado a la pobreza y la falta de oportunidades como las principales causas de la salida de esos países.

Presentado en la Universidad Iberoamericana, el reporte –de 148 páginas, con datos oficiales de 2016– demuestra la notable ausencia del Estado mexicano para atender esta creciente problemática vinculada a graves violaciones de los derechos humanos de este sector extremadamente vulnerable.

El estudio, que se elabora cada año desde 2013, contiene no sólo datos duros sobre el perfil sociodemográfico de los migrantes centroamericanos que cruzan el territorio y su comparativo con el fin de analizar tendencias, sino también un análisis cualitativo acerca de la realidad que los movió a dejar su país, con testimonios de más de 34 mil personas con nombre y apellido.

En la presentación, María del Carmen Hernández, del Programa para Refugiados; la religiosa Soledad Morales, de Casa de Acogida y Formación para Mujeres y Familias Migrantes; María Isabel Sánchez, de Casa Tochán, y Elizabeth Figueroa, de Redodem, expresaron que el Estado mexicano tiene doble cara en materia migratoria.

Señalaron que esta doble cara se evidencia con el discurso oficial, en el que se dice defensor de los derechos humanos de este sector de la población, pero que en los hechos se ha caracterizado por aplicar una política migratoria restrictiva, con aumento de deportaciones, duplicación de delitos y una permanente violación de derechos humanos cometidas por agentes del Estado. Además, señalaron que los migrantes también son víctimas del crimen organizado.

La Redodem –iniciativa propuesta por el Servicio Jesuita a Migrantes– señala que entre 2013 y 2016 suman entre 13.6 y 15 por ciento de centroamericanos que tienen a México como país de destino, y hay otro porcentaje creciente que reportó no tener definida su decisión. En 2016, esta cifra llegó a 19.6 por ciento.