Karla Castillo

 ‘‘¡No están solos! ¡No están solos!’’, corearon los asistentes al Centro Cultural Tijuana, donde Andrés Manuel Lopez Obrador presentó su libro 2018: La Salida, y firmó el llamado Acuerdo Político de Unidad por la Prosperidad del Pueblo y el Renacimiento de México.

A la reunión acudieron unos 50 representantes de organizaciones civiles de Baja California, cámaras empresariales, barras de abogados, de ingenieros, asociaciones de agricultores, comerciantes, pescadores, militantes de partidos políticos, grupos indígenas y de otros sectores de la sociedad.

De acuerdo con el presidente del Comité Ejecutivo Nacional de Morena, la diversidad y pluralidad de la sociedad bajacaliforniana y de México ofrecen una amplia gama de ciudadanos, una riqueza necesaria para alcanzar, de manera pacífica y sin violencia, la transformación que requiere el país.

Entre quienes signaron el documento figuraron el presidente local del Consejo Coordinador Empresarial, Humberto Jaramillo; el titular de la Confederación Patronal de la República Mexicana en Tijuana, Gilberto Fimbres; de la Cámara Nacional de Comercio, Gilberto Leyva, y la vicepresidenta de Tijuana Innovadora, Alejandra Santos.

También acudieron el dirigente juvenil del PRD, Jesús Sánchez; el presidente del Grupo Minarete, Humberto Insunza, así como el líder de la sección 2 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, Miguel Nuño.

En el acto, el dos veces candidato a la Presidencia de la República estuvo acompañado por la secretaria general de Morena, Yeidckol Polevnsky, y por el líder del partido en Baja California, Jaime Bonilla.

Primer mensaje en EU

En su primer mensaje de su estancia en Estados Unidos, Andrés Manuel López Obrador llamó a hacer frente a la campaña de odio y de violación a los derechos humanos en contra de los migrantes. Esta campaña, dijo, no es sólo un asunto de carácter económico, sino fundamentalmente de interés político.

Desde la Plaza Olvera, en Los Ángeles, California, el dirigente de Morena dijo que a Donald Trump y al grupo que lo asesora les ha dado resultado azuzar a integrantes de ciertos estratos de la sociedad estadunidense en contra de los inmigrantes y, en particular, los de nacionalidad mexicana.

Señaló que estos ‘‘astutos, pero irresponsables gobernantes neofascistas’’ quieren construir muros para hacer de Estados Unidos un enorme gueto y equiparar a los mexicanos en general, y a los paisanos migrantes en particular, con los judíos estigmatizados e injustamente perseguidos durante la época nazi.

Y aunque reconoció que existe malestar por el desempleo y los bajos ingresos en Estados Unidos, culpar de esto a determinados grupos tiene una obvia connotación política. Por eso, dijo, no se deben limitar las acciones a la protesta y a la denuncia en el ámbito internacional, sino considerar como esencial la labor de información en Estados Unidos.

Convocó a los académicos e intelectuales estadunidenses a elaborar un plan que recoja ideas que permitan convencer a los trabajadores y a las clases medias que los migrantes no son sus enemigos. Informó que ya funciona una comisión de Morena en California.