Su menor nivel en 5 años, dado que se prevé que este ajuste en la postura monetaria mantendrá la trayectoria convergente de la inflación hacia su meta.
Hoy 11 de febrero, en su primera reunión de 2021, la Junta de Gobierno del Banco de México (Banxico), decidió por unanimidad reducir en 25 puntos base (pb) el objetivo para la Tasa de Interés Interbancaria a un día, luego de dos ocasiones consecutivas de mantenerla estable, al ubicarla en 4.00% a partir del 12 de febrero del año en curso, su menor nivel desde febrero de 2016. Lo anterior al considerar que la información disponible permite un ajuste en la política monetaria manteniendo las previsiones de inflación en línea con la trayectoria convergente hacia su meta de 3%.
Los miembros de la Junta de Gobierno coincidieron en que la inflación anual disminuyó de octubre de 2020 a enero de 2021 (de 4.09% a 3.54%, en ese orden), pero que las expectativas de la inflación general para finales de 2021 aumentaron ligeramente, en tanto que las de mediano y largo plazos se mantuvieron estables por arriba de la meta de 3%.
Los miembros de la Junta esperan aumentos en la inflación general en el segundo trimestre de este año (debido principalmente al aumento en los precios de los energéticos en comparación con los del año pasado) y una trayectoria decreciente a partir del segundo semestre. Asimismo, prevé una inflación subyacente de alrededor de 3% desde el tercer trimestre de este año. Estas previsiones están sujetas a riesgos de corto y de mediano plazos.
Respecto a la actividad económica en México, la Junta indicó que esta mejoró durante el cuarto trimestre de 2020 a un ritmo ligeramente mayor al previsto, pero aún por debajo de los niveles previos a la pandemia, dentro de un entorno incierto y con riesgos a la baja, por lo que prevé amplias condiciones de holgura a lo largo del horizonte en el que opera la política monetaria.
La Junta plantea que ante los riesgos a los que están sujetos la inflación, la actividad económica y los mercados financieros es necesario dar lugar a ajustes ordenados y un cambio en precios relativos sin afectar el proceso de formación de precios y las expectativas inflacionarias.
Así, la Junta de Gobierno indicó que para el futuro próximo, la conducción de la política monetaria dependerá de la evolución de los factores que inciden en la inflación general y subyacente, en sus trayectorias previstas en el horizonte de pronóstico y en sus expectativas.