Dora Villanueva

En marzo se hundió la venta de vehículos nuevos en el país. Registró el volumen más bajo en 69 meses, casi seis años. El dato borró todo repunte al inicio de año en una industria que ya se había declarado en crisis.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), se comercializaron 87 mil 517 unidades, 16.1 por ciento menos que las 104 mil 328 vendidas en febrero y un derrumbe de 25.5 por ciento respecto a las 117 mil 513 de marzo de 2019.

Los datos son para un mes en que las medidas de distanciamiento social para frenar la velocidad de contagio del Covid-19 en México avanzaron de manera escalonada y resultaron con una declaratoria de emergencia en la que se cuenta cerrar actividades no esenciales, como los distribuidores de vehículos.

Antes de dicha declaratoria, la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA) ya había hecho pública una carta al presidente Andrés Manuel López Obrador, en la que pide facilidades fiscales para evitar despidos masivos en el sector.

Dicha organización agrupa a empresas que suman 130 mil empleos de un sólo sector de la industria automotriz. Misma que en otros frentes: producción y exportación, también buscan que se les exente del paro de labores, por representar 3.8 por ciento del producto interno bruto (PIB) y 20.5 por ciento en las manufacturas.

En marzo, ninguna empresa escapó de una reducción en sus ventas. Sin embargo, las más afectadas fueron Acura, Baic, BMW, Infiniti, Jaguar, Land Rover, Mitsubishi y Smart. Todas con una caída de más de 50 por ciento en sus ventas.