Israel Rodríguez y Reuters

Nuevamente los precios del petróleo a escala global se derrumbaron y cerraron a los niveles más bajos en casi dos décadas por el temor de una sobreoferta de crudo acompañado de una baja demanda relacionado con las consecuencias que traerá el coronavirus al crecimiento económico mundial.

Petróleos Mexicanos (Pemex) no publicó el precio de la mezcla mexicana de exportación, el cual se da a conocer regularmente antes de las 18 horas, con el argumento de que ayer fue día inhábil para la empresa por la conmemoración del 82 aniversario de la nacionalización de la industria petrolera.

Sin embargo, la cotización de la mezcla mexicana va siempre a la par de los mercados internacionales y, en ese sentido, el precio tuvo otro descalabro el jueves, para bajar hasta alrededor de 13.61 dólares por barril por el diferencial que existe entre los marcadores internacionales, de acuerdo con cálculos de especialistas.

De esta manera el precio se ubicaría por abajo del costo de producción promedio de 14.2 dólares por barril.

Desde su punto más alto en este año, alcanzado el 20 de febrero, de 59.68 dólares por barril, la debacle en la cotización del crudo mexicano de exportación ha sido de 40.90 dólares –equivalente a 68.5 por ciento– respecto a la última cotización oficial de 18.78 dólares, que fue la del martes. Si se toma en cuenta la extraoficial de ayer, la caída es ya de 46.07 dólares.

En la jornada del miércoles el West Texas Intermediate (WTI) presentó una caída de 24.42 por ciento después de tocar un mínimo de 20.06 dólares por barril, para ubicarse en 20.37 dólares por barril, precio no visto desde febrero de 2002. El contrato a futuro ha perdido 56 por ciento en 10 días, su peor racha desde que fue lanzado en 1983.

Por su parte, el Brent del Mar del Norte perdió 3.85 dólares, equivalente a 13.4 por ciento para situarse en 24.88 dólares el barril, después de haberse desplomado hasta los 24.52 dólares, su menor nivel desde 2003.

Los menores precios del petróleo aumentan la posibilidad de que las finanzas públicas de algunos países productores del hidrocarburo, entre ellos México, sean presionadas a la baja, disminuyendo la posibilidad de que pongan en marcha políticas fiscales expansivas en caso de una recesión global, advirtieron analistas.

Arturo Carranza, especialista en temas energéticos, consideró que la caída en el precio de la mezcla mexicana de exportación se convierte un factor de riesgo para aplicar el plan de negocios de Pemex.

Precisó que para las finanzas públicas los riesgos se incrementan en la medida en que el 15 por ciento del presupuesto público dependen de las exportaciones petroleras.

Si esta racha de precios castigados continúa, las coberturas petroleras no van a alcanzar como un seguro para las finanzas públicas y se correría el riesgo de ajustes en el presupuesto y los más afectados serían estados y municipios.