Julio Gutiérrez

El índice nacional de precios al consumidor (INPC) tuvo en febrero un incremento de 0.42 por ciento, por lo que la inflación general llegó a una tasa de 3.70 por ciento, reportó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

Dicho resultado, explicaron analistas financieros, implica el nivel más alto no visto en los últimos siete meses, pues fue en julio de 2019 cuando se situó en 3.78 por ciento.

El objetivo del Banco de México (BdeM) es que la inflación anual se ubique en un nivel de 3 por ciento, con rango de entre un punto porcentual más alto o más bajo.

En tanto, el índice de precios subyacente, que no contempla los productos y servicios más volátiles, tuvo en febrero un incremento mensual de 0.36 por ciento y anual de 3.66, mientras la no subyacente, que engloba todos los componentes, tuvo un alza mensual de 0.57 por ciento y anual de 3.81 por ciento.

De acuerdo con el área de análisis del banco Ve por Más, el comportamiento al alza de la inflación es resultado de un mayor dinamismo en el índice no subyacente, que incluye los precios de productos agropecuarios. “La inflación subyacente tuvo un ligero regreso tras haberse presionado en enero, aunque se mantiene por encima del cierre de 2019.

Al mes destacó la baja en precios de energéticos, así como el alza en algunas frutas, verduras y servicios”, detalló la institución financiera.

El reporte del Inegi señala que los precios del jitomate, el tomate verde y el huevo, impulsaron el comportamiento al alza de la inflación general.

Respecto de los agropecuarios, el incremento se debe particularmente a las alzas en los precios de las frutas y verduras, que tuvieron una variación al alza de 2.88 por ciento en su comparación mensual debido a las fuertes heladas en el norte del país, precisó un reporte de Grupo Financiero Monex.

Para Ve por Más, este resultado podría implicar una baja en la tasa de interés del banco central en su reunión de política monetaria en este mes, dado que los bajos niveles de crecimiento económico limitan las presiones de demanda interna en los precios básicos de los mexicanos.

El área de análisis de Grupo Financiero Banorte puntualizó que con dichos resultados, la posibilidad de que la inflación resulte en línea con el pronóstico del BdeM para el trimestre del año que es de 3.3 por ciento, ha bajado en forma significativa, con lo que queda limitada la posibilidad de una postura acomodaticia más agresiva hacia delante.

El grado de incertidumbre sobre próximas acciones ha aumentado, si se considera que al menos dos factores que el BdeM toma en cuenta en sus decisiones diverge con fuerza: la postura monetaria relativa y la dinámica del tipo de cambio, apuntó Banorte.