Alejandro Alegría

Ante un entorno en el que los industriales no gozan de una buena reputación entre la población, el sector privado presentó los principios de la Dimensión Social de las Empresas, decálogo de compromisos que busca que los beneficios que obtienen lleguen también a los trabajadores y al medio ambiente.

El Consejo Coordinador Empresarial (CCE), junto con más de 150 organizaciones y compañías adherentes, indicó que, ante las nuevas demandas de la sociedad, la empresa debe tener una dimensión abiertamente social, crear valor público y ganarse la confianza de los trabajadores.

Después de un recuento sobre las cuatro transformaciones del país realizado por el historiador Javier Garcíadiego, Carlos Salazar Lomelín, presidente del organismo cúpula, resaltó que México aún no logra alcanzar sus ilusiones.

Agregó que en medio está la figura del empresario, el cual, comentó, es el encargado de brindar productos y servicios, generar empleo, invertir y pagar impuestos al Estado, que a su vez se traducen en salud, protección y apoyos a los pobres.

Sin embargo, admitió que la figura del empresario enfrenta un problema de imagen y percepción social, pues los industriales están, junto con los políticos, en lo más bajo de la opinión de los mexicanos, ya que se le ve como un señor gordo vestido de frac, con un gran sombrero y anillos en sus dedos. Esto ha hecho mucho daño a nuestra imagen, aseveró. Agregó que ser empresario es un acto heroico.

Sostuvo que desafíos como un crecimiento insuficiente de la economía y la persistencia de la desigualdad han provocado en muchas partes del mundo descontento colectivo, que se ha canalizado en movimientos políticos.

El mensaje es de optimismo y esperanza, pero también de exigencia. El mundo no nos va a esperar y México tampoco, dijo Salazar Lomelín al llamar a los empresarios a actuar con estrategia mediante el decálogo.

Entre los puntos que destacó están la recuperación de la confianza y la credibilidad de la sociedad a través de toda la cadena de valor que ofrece la iniciativa privada. Añadió que es necesario garantizar mayores oportunidades de empleo formal, crecimiento y desarrollo.

Se debe garantizar lo más pronto posible el salario mínimo del bienestar familiar, dijo, pero también trabajar en una reforma integral al sistema de pensiones.

Llamó a respetar y promover la cultura de la legalidad mediante el pago de impuestos, con el fin de asegurar recursos suficientes al Estado para proveer los servicios a los que está obligado. Aunque también instó al gobierno a respetar y hacer respetar las leyes, y no cambiar las reglas del juego.

Salazar Lomelín propuso que las grandes compañías se comprometan con las micro, pequeñas y medianas para crear cadenas productivas, pagar en tiempo y forma a proveedores y transferir tecnología y conocimiento.

Es necesario, apuntó el dirigente, impulsar una relación responsable y propositiva con la autoridad, e insistió en pedir reglas claras y certidumbre jurídica y económica para las inversiones.