Israel Rodríguez J.

Guadalajara, Jal., La firma estadunidense Valero, principal compradora de crudo de Petróleos Mexicanos (Pemex), refrendó ayer su confianza para seguir invirtiendo en el país, debido a que los fundamentos macroeconómicos son sólidos y las perspectivas de crecimiento a largo plazo son positivas.

Al anunciar la apertura de su primera estación de servicio en Tonalá, Jalisco, Carlos García, director general de Valero México, y Eric Fisher, vicepresidente global de comercialización mayorista y operaciones internacionales, enfatizaron que el país siempre ha sido un gran mercado.

Seguimos una relación positiva con Pemex. Compramos 120 mil barriles diarios de crudo Maya y vendemos a la empresa productiva del Estado alrededor de 120 mil barriles diarios de gasolinas de la más alta calidad, dijo García al hablar sobre los recientes cambios a las normas en materia energética. Expresó que respetan mucho las leyes y la regulación, y lo único que demandan es claridad.

Contratos de largo plazo

Eric Fisher comentó que Valero se encuentra presente en Estados Unidos, Reino Unido, Canadá y Perú. En el caso de México tenemos contratos de largo plazo, porque creemos que la demanda va a crecer.

Indicaron que se espera que al cierre del primer trimestre del año tengan entre 13 y 15 estaciones de servicio en Guadalajara, pues ya tienen contratos firmados. Adicionalmente, con la entrada en operación de la terminal de almacenamiento en el valle de México de IEnova, tendremos en el futuro estaciones en la Ciudad de México.

Su infraestructura de almacenamiento, revelaron, está contratada con IEnova, Grupo México y MexPlus. Hoy por hoy estamos importando y distribuyendo combustibles en Chihuahua, Monterrey y posteriormente en Puebla, declaró Carlos García.

Fisher apuntó: Valero está comprometido con el desarrollo de México y en construir un negocio a largo plazo de excelencia operativa en beneficio de los clientes de este país.

Al hablar sobre la experiencia y solidez de Valero en el mundo, Fisher agregó que la empresa, con sede en San Antonio, Texas, opera 15 refinerías de petróleo, con una capacidad de producción combinada de 3.1 millones de barriles diarios.