David Brooks

Richard Neal, presidente del Comité de Medios y Arbitrios de la Cámara de Representantes, y Nancy Pelosi, lideresa de ese órgano legislativo, en conferencia de prensa.

Nueva York. Los líderes demócratas y el gobierno de Donald Trump anunciaron por separado, ayer por la mañana en Washington, que se logró un acuerdo sobre el borrador final del Tratado México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), rara expresión de bipartidismo en medio de una de las confrontaciones más graves en la historia entre ambos partidos, con los demócratas dando a conocer los cargos formales que ameritan la destitución del presidente.

El convenio fue anunciado por la presidenta de la cámara baja –la demócrata de mayor rango en la capital–, Nancy Pelosi, una hora después de que ella y sus colegas dieron a conocer los cargos formales para el impeachment contra Trump.

Según Pelosi, el acuerdo fue posible cuando los demócratas obtuvieron concesiones para modificar el convenio en los rubros de medidas para fortalecer las normas laborales y ambientales, entre otras. Fue una victoria para los trabajadores de Estados Unidos, aseveró.

Por su parte, Trump tuiteó que el acuerdo –como todo lo que él hace– es lo máximo. Será el mejor y más importante pacto comercial jamás logrado por Estados Unidos, escribió. Aseguró que éste también pondrá fin a lo que siempre ha dicho es el peor convenio, el TLCAN.

El acuerdo, aparentemente, superó uno de los obstáculos más difíciles, al establecer medidas para fortalecer el ejercicio de derechos laborales en México, algo que era condición para obtener el apoyo de la central obrera AFL-CIO.

Un momento clave fue a finales de septiembre, cuando Pelosi, en una reunión en su oficina con el canciller Marcelo Ebrard y el subsecretario Jesús Seade les dio un ultimátum para buscar la manera de demostrar cómo implementaría México normas laborales dentro del acuerdo y exigiéndoles que tienen que hacer esto, reportó Politico.

El presidente de AFL-CIO, Richard Trumka, elogió el acuerdo y lo calificó de gran avance, con reglas más justas para los trabajadores. Subrayó: Por vez primera, verdaderamente, habrá normas laborales ejecutables, incluyendo un proceso que permite las inspecciones de fábricas e instalaciones que no están cumpliendo sus obligaciones.

Según un resumen de los cambios, en el nuevo borrador, difundido por el representante Richard Neal, quien encabezó las negociaciones de los demócratas con la Casa Blanca sobre el acuerdo, hay cambios que se enfocan de manera unilateral en el cumplimiento de las obligaciones laborales en México, entre ellas una comisión de vigilancia de la reforma laboral mexicana, requisitos de informes al Congreso estadunidense en torno a los avances en ese país con ciertas metas específicas y permitir que los agregados laborales basados en México elaboren informes sobre lo que pasa en el terreno en torno a esas responsabilidades.

Asociaciones y organizaciones empresariales, como la Cámara de Comercio de Estados Unidos, también dieron la bienvenida al acuerdo.

Susan Segal, directora ejecutiva del Consejo de las Americas, declaró que el tratado promoverá estabilidad, crecimiento y empleos en los tres países y que su aprobación ve hacia el futuro y muestra capacidad de hacer de América del Note la región más competitiva del mundo.

Los cambios al T-MEC –el cual ya había sido firmado por los tres países hace más de un año– serán ahora incorporados a un proyecto de ley que será sometido próximamente en ambas cámaras del Congreso para ser aprobado y, finalmente, promulgado por el presidente. Algunos esperan que ese voto de aprobación se lleve a cabo por lo menos en la cámara baja la próxima semana, antes del receso legislativo navideño.

El T-MEC no será ratificado por el Congreso sino hasta principios de 2020, expresó el líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell. El texto, probablemente, se votará el próximo año, tras un probable juicio político contra el presidente Trump, reportó Afp.