Susana González G.

La inversión pública corre el riesgo de reducirse aún más por los ajustes al gasto que prevé el gobierno federal para mantener la salud fiscal, sin aumentar impuestos y tarifas de combustibles, y sostener los programas sociales a su máxima expresión, advirtió el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (Ceesp). Además, criticó que el Plan Nacional de Desarrollo (PND) 2019-2024 no contemple las medidas que se llevarán a cabo para alcanzar los objetivos que delinea, como el crecimiento de 4 por ciento de la economía nacional.

De persistir el bajo crecimiento del producto interno bruto (PIB) (0.2 por ciento a tasa anual registrado en el primer trimestre de 2019, el más bajo desde la crisis financiera mundial de 2009), la sostenibilidad del programa económico se podría cuestionar, lo que podría acarrear graves consecuencias en términos de estabilidad macroeconómica, sostuvo.

Consideró que la inversión privada puede revertir tal tendencia y alcanzar los objetivos del PND, entre ellos el crecimiento económico de 4 por ciento, pero con condiciones adecuadas que aún no se presentan, como el reforzamiento del estado de derecho. No obstante, insistió en que persiste la incertidumbre entre los inversionistas por las decisiones y anuncios del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, como la paralización de la reforma energética y la cancelación del aeropuerto de Texcoco.

Cifras oficiales indican que la inversión pública en el sexenio pasado representó apenas 2.7 por ciento del producto interno bruto y cabe recordar que apenas el pasado 30 de abril el subsecretario de Hacienda, Arturo Herrera, sostuvo en la 14 Cumbre Financiera Mexicana que el sector privado invierte 6.7 veces más que el sector público, por lo que si por cualquier razón deja de invertir o se sienten inciertos acerca de lo que va a suceder no vamos a poder compensarlo.

El Ceesp, dependiente del cupular Consejo Coordinador Empresarial (CCE), alertó que con un bajo crecimiento económico cada vez sería más difícil mantener el plan fiscal, ya que inevitablemente los ingresos públicos se reducirán respecto de lo programado. Nótese que el PND no contempla incremento de impuestos ni en los precios de los combustibles por encima de la inflación. Esta situación llevará a la necesidad de mayores ajustes a un gasto público, ya de por sí reducido en los dos años previos y en este.