Dora Villanueva

Un piloto sin experiencia y una ráfaga de viento de baja altura fueron las principales causas del desplome del Embraer 190 de Aeroméxico ocurrido en el aeropuerto de Durango el 31 de julio anterior, determinó la Comisión Investigadora de Accidentes e Incidentes de Aviación de la Dirección General de Aeronáutica Civil.

Por ello, en el dictamen final del accidente, la dependencia de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes recomendó requerir un cambio en el procedimiento que impida la presencia de una persona ajena a la tripulación asignada al vuelo, con lo que se asegure que ésta no pueda tomar los controles de la aeronave en ninguna fase del viaje.

Según la relatoría de las autoridades, el tercer piloto, sin licencia para operar la nave que se accidentó, asumió las funciones del primer oficial. Quien debía tomar el papel de comandante del vuelo, cedió su lugar al piloto aprendiz y a sólo cinco segundos del desplome se le quitó el mando.

Al momento del accidente, el piloto contaba con licencia para operar otro tipo de aeronaves, ytodavía era aspirante a primer oficial de tres modelos de Embrader. La experiencia que había tenido con aeronaves como la que se accidentó era de 64 horas de vuelo, pero todas en simulador. Además, se documentó que poco antes de que el avión comenzara su carrera para despegar, cayó una lluvia fuerte sobre el aeropuerto.

El dictamen señala que a ello se sumó que los tripulantes no recibieron la información climatológica de la aeronave, a raíz una falla eléctrica en el aeropuerto y, por tanto, en la torre de control. Si bien se emitió un reporte que notificaba presencia de tormenta eléctrica con lluvia, la información no se publicó debido a la falla eléctrica.

En el Embrader 190 de la aerolínea mexicana viajaban 103 personas. Todas sobrevivieron, pero hubo decenas de hospitalizados. El accidente ocurrió a las 15:23, cuando en el despegue el avión vino en picada al estar a unos 10 metros de altura. Luego del impacto, la nave quedó destruida y se incendió.

Desde el 6 de septiembre de 2018, y sin esperar el dictamen de la autoridad, Aeroméxico despidió al comandante de la aeronave, Carlos Galván Meyran; al copiloto, Daniel Dardon Chávez, y al piloto en entrenamiento, José Ramón Vázquez.