Susana González G.

El triunfo electoral de Andrés Manuel López Obrador no tendrá impacto directo e inmediato en la calificación de la deuda de México, aseveró Jaime Reusche, analista de Moody’s Investor Service.

Apenas en abril pasado la calificadora internacional de riesgo crediticio modificó de negativa a estable la perspectiva de deuda emitida por el sector público, al considerar poco probable que cualquier candidato que ganara la elección presidencial cambiara la política económica o revirtiera las reformas estructurales.

Ahora, ya confirmado que López Obrador ganó la elección, Reusche aseveró: Por el momento nuestra perspectiva es que la calificación se mantiene estable. No estamos indicando que vamos a cambiar la calificación para México, por lo menos no en el corto plazo, pero estaremos muy atentos a la agenda, el gabinete económico y las propuestas del nuevo gobierno.

En conferencia telefónica desde Nueva York, aseguró que la firma mantendrá comunicación con las nuevas autoridades. Descartó que si el nuevo gobierno cancelara la línea de crédito contingente del Fondo Monetario Internacional como anunció Carlos Urzúa, próximo secretario de Hacienda, se afecte la calificación, porque hay un saludable flujo de liquidez y divisas hacia México. Además, desde hace años no tenemos mucha preocupación por las finanzas externas del país.

Sin embargo, advirtió que es muy probable que de aquí al primero de diciembre, cuando será el cambio de gobierno, habrá mucha incertidumbre y volatilidad en los mercados, en muchos indicadores financieros de corto plazo, como el tipo de cambio, y entre los inversionistas, mientras el nuevo gobierno no defina y comunique hacia dónde van a evolucionar las políticas públicas macroeconómicas y fiscales, así como la relación que tendrá con el sector privado.

Nymia Almeida, especialista en energía de Moody’s, destacó que el perfil crediticio del país enfrenta riesgos en la industria de petróleo y gas en caso de que López Obrador concrete sus propuestas de controlar el precio de los energéticos, crear refinerías y revisar los contratos de exploración y producción de Pemex con empresas privadas.

En tanto, para la calificadora Fitch Ratings el gobierno de López Obrador enfrentará riesgos para las notas crediticias de México si eleva la deuda pública y se deterioran los vínculos económicos, comerciales y financieros con Estados Unidos, porque se reducirá la inversión y el crecimiento. La calificación de la deuda, indicó, podría resultar afectada en caso de que se debilitaran la credibilidad macroeconómica del país y las reformas estructurales.

A diferencia de Moody’s, que consideró la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte tema de segundo plano, para Fitch se mantiene el riesgo de que afecte el comercio y las inversiones.