Alejandro Alegría

Ante la reforma fiscal de Estados Unidos, el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) analiza con la Secretaría de Hacienda y Crédito Público los posibles escenarios y respuestas que no desequilibren el balance fiscal de México y que tampoco pierda competitividad.

El organismo cúpula detalló que las organizaciones afiliadas ya están en pláticas con las autoridades hacendarias para analizar las mejores alternativas frente a la competencia que implica el nuevo diseño tributario del vecino país del norte.

Consideró que entre las medidas fiscales que se deben prever está la disminución paulatina del impuesto sobre la renta (ISR), pero con un balance fiscal; promover la reinversión de utilidades; incentivos direccionados a cadenas de valor hacia la exportación; el fomento del empleo mediante la inversión, con énfasis en las pequeña y medianas empresas; así como la mejora regulatoria. Señaló que es necesario evaluar una política de promoción al crecimiento y la reinversión de las empresas que no rompa el equilibrio fiscal del gobierno ni aumente la deuda. En ese sentido, enfatizó que el uso del gasto corriente debe ser eficiente.

Indicó que si bien México aún es atractivo a la inversión extranjera, se requiere mayor certeza jurídica para las inversiones actuales y futuras.

Subrayó su importancia por ser un factor clave ante el resultado de las negociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, pues a nivel mundial ya existe una competencia por atraer capitales y ofrecer mejores condiciones fiscales a las empresas.

Alertó que la nueva política fiscal estadunidense generará ajustes a la baja en las tasas impositivas de otros países, situación que han advertido expertos.

El organismo encabezado por Juan Pablo Castañón sostuvo que es momento de discutir una nueva reforma fiscal incluyente y promotora de la generación de valor añadido mediante el esfuerzo de las personas y mayor participación en la contribución fiscal.

Además de reducir la tasa corporativa a 21 por ciento, la reforma fiscal de Estados Unidos estipula un impuesto aplicable a inversiones fuera de ese país.