José María Carmona

Entre la economía y la política existe una relación directa, la primera influye sobre la segunda cuando ocurren hechos importantes, y la segunda es instrumento para modificar los cambios económicos negativos, de esta manera por ejemplo, la política económica moldea el comportamiento de la dinámica económica o por lo menos lo intenta.

Pero la política es la correlación entre las fuerzas sociales con expresión política en el escenario de un país.

De esta manera los actores políticos se expresan de diversas formas en la lucha por el poder, por la dominación política, por la imposición de sus intereses económicos, políticos y sociales.

En una sociedad con un régimen democrático con sistema de partidos políticos, es natural que tanto los actores sociales, políticos y los propios partidos políticos se enfrenten en la lucha del poder público y político en la arena electoral como es el caso hoy del país y en particular de Michoacán.

En esta coyuntura pre electoral de la  entidad michoacana a estado en el marco desde a finales del mes de  octubre marcada por las luchas sindicales, los principales actores como se sabe son el magisterio democrático a través de la CNTE, los sindicatos del sector salud, los de la educación media superior y los sindicatos de la Universidad Michoacana demandándole a los gobiernos estatal y federal el pago de los salarios devengados, prestaciones y en el caso de los sindicatos de la universidad la defensa del régimen de jubilaciones y pensiones, como se sabe los trabajadores universitarios no cobraron en tiempo y forma sus salarios, aguinaldo y prestaciones, además han enfrentado la amenaza de la contrarreforma del sistema jubilatorio por parte de la autoridad universitaria y el Congreso Local.

Después de tres meses de movilización los sindicatos antes citados lograron obligar a los gobiernos federal y estatal a pagar en el caso de los trabajadores de la educación y la salud de manera parcial los adeudos pendientes y por parte de los sindicatos universitarios nicolaitas los salarios devengados y prestaciones lo que resulta una victoria parcial pero de gran importancia y especialmente por ahora estos últimos sindicatos lograron detener la contrarreforma al sistema jubilatorio, por lo cual salió derrotada la autoridad universitaria y todo eso gracias al movimiento de brazos caídos en espera de pago.

Este avance parcial también es resultado de la unificación de la lucha de los sindicatos que supieron golpear con un solo puño la política anti sindical de los gobiernos federal y estatal, así como a la autoridad universitaria, inclusive hoy existe la demanda de la destitución por parte del SPUM del Rector.

Sin embargo en el balance no todo es positivo, el magisterio democrático a implementado métodos de lucha como son la toma de carteras, la vía del tren y la toma de edificios lo que ocasiono el encarcelamiento de cuatro decenas de profesores, además de que estas acciones no fueron trabajadas para tener el apoyo de la ciudadanía y han sido iniciativas propias de la CNTE lo que justifica las operaciones de represión de los cuerpos policiacos del gobierno Silvanista.

Otro error por parte del magisterio en estas jornadas de lucha ha sido el boicot  a la campaña de Antonio García Conejo lo que también justifica el argumento del gobernador Silvano Aureoles de que el movimiento está politizado y que obedece a los intereses de otro partido político, por no decir Morena.

Los miembros del magisterio o de cualquier otra organización sindical tienen el derecho democrático de simpatizar con cualquier partido político y votar por sus candidatos, pero sería un equívoco de los dirigentes sindicales en este caso los magisteriales llamar corporativamente a votar en especifico por Morena y su precandidato presidencial Andrés  Manuel López Obrador o por Ricardo Anaya precandidato del PRD, PAN y MC, tan solo porque se auto dominan de “izquierda”.

Es por ello que las organizaciones sindicales en lucha no deben dar lugar a que se les señale que hacen trabajo político corporativo hacia un precandidato por mas “revolucionario” que sea y mucho menos para que el gobernador Silvano Aureoles lance una campaña contra el sindicalismo democrático señalándolo de ser factor de destabilización política en el estado como lo ha hecho hasta ahora.

De esta manera, las jornadas de lucha  por ahora han conseguido derrotar a los gobiernos federal y estatal en su política anti sindical, por lo tanto se hace necesario de seguir profundizando la unidad de acción y evitar acciones que justifiquen la represión del gobierno o que se le acuse al  sindicalismo de ser un factor de destabilización política por parte del gobierno estatal.