José María Carmona
Inevitablemente es necesario tratar la crisis venezolana donde se vive momentos decisivos para el pueblo trabajador de este país.
El tema es polémico particularmente para la vanguardia de América Latina y la de México; el mismo tiene varias aristas, las cuales responden a los intereses de las clases sociales de ese país y el conflicto ya escalo las fronteras nacionales.
La “revolución bolivariana” encabezada por el Partido Socialista Unido de Venezuela que encabezo primeramente Hugo Chávez y ahora Nicolás Maduro nunca represento los intereses de los trabajadores venezolanos, ese gobierno únicamente remplazo a la burguesía oligarca de ese país, donde el gobierno de Hugo Chávez se apodero del aparato del estado para administrar la renta petrolera en beneficio de los intereses de las empresas trasnacionales petroleras y al mismo tiempo permitió el nacimiento de la boliburguesía, quien se enriqueció acosta de la explotación petrolera y de los trabajadores.
El gobierno “bolivariano” nunca expropio a la burguesía, ni afecto los intereses de capital extranjero, a pesar de que en Venezuela fueron criadas más de 200 mil cooperativas, la mayoría en manos de la burocracia chavista, lo que significa que jamás se afectaron las relaciones de producción capitalista y muy al contrario se protegieron los intereses de los capitales y las empresas petroleras extranjeras.
La renta petrolera cuando fue abundante le permitió primeramente al gobierno de Hugo Chávez y posteriormente al de Nicolás Maduro ofrecer algunas concesiones materiales al pueblo trabajador, pero que no significo la administración directa y democrática de los trabajadores de la renta petrolera en beneficio propio.
Por el contrario, la burocracia chavista se convirtió con la renta petrolera que se apropio en una nueva burguesía hoy llamada “boliburguesía”.
El gobierno de Maduro ha cumplido fielmente con el pago de la deuda externa al capital financiero internacional, y ahora se sabe por las sanciones impuestas por el gobierno estadunidense que Maduro es posible que tenga cuentas bancarias en Estados Unidos, mientras que el pueblo venezolano se muere de hambre y es reprimido por las fuerzas policiacas y militares.
Pero con la caída de los precios internacionales del petróleo, la economía venezolana experimenta las peores crisis, lo que obligo al gobierno de maduro a adoptar medidas muy sebera causando desabasto de alimento, artículos de primera necesidad y medicamentos; así mismo ese país experimenta la más alta inflación de 550 por ciento, pulverizando los salarios de los trabajadores.
La caída del 10 por ciento del PIB de la economía venezolana durante 2016 es la prueba más contundente del fracaso de la “revolución bolivariana” y que tiene al pueblo trabajador insurrecto en las calles para echar abajo al dictador de Nicolás Maduro.
Pero la Mesa de Unidad Democrática busca una salida dentro de los marcos capitalistas para seguir administrando la renta petrolera en beneficio del capital nacional y extranjero.
También es falsa la hipótesis de una probable invasión norteamericana a Venezuela para restablecer la “democracia” y el orden constitucional.
De ser verdadero lo anterior el gobierno de estados unidos ya lo hubiera echo pero no lo puede hacer porque afectaría los intereses del capital norteamericano en ese país.
Es por ello que el pueblo trabajador venezolano tiene derecho a la ante la represión y los asesinatos del sangriento dictador Nicolás Maduro a la insurrección para derrocarlo y no confiar en la MUD, al mismo tiempo de organizarse para formar un gobierno de los trabajadores y popular en Venezuela. Ni Maduro que asesina al pueblo trabajador, ni la Mesa de Unidad Democrática que representa a la burguesía oligarca son alternativa para los trabajadores venezolanos
Lenin, el revolucionario ruso decía que los bolcheviques no podrían gobernar en el nombre del socialismo a cambio del hambre y la miseria del pueblo trabajador; en este caso Nicolás Maduro no puede seguir en el poder en nombre de la “revolución bolivariana” reprimiendo y asesinando al pueblo trabajador venezolano.