José María Carmona
Sin duda alguna la agenda nacional está marcada por lo que haga o no haga Trump, las autoridades mexicanas han levantado una cortina de humo para ocultar los problemas coyunturales y estructurales en temas económicos y financieros del país.
Como se sabe en el mes de enero se registro la inflación más alta para este mes de 1.70 por ciento, lo que obligo al Banco de México aumentar las tasas de interés de referencia en 50 puntos base, para ubicarse en 6.25 por ciento, lo que repercutirá directamente en el aumento de las tasas de interés de los créditos pactados en tasa variable como son los de las tarjetas de crédito.
Por lo que se refiere al precio de la gasolina existe un calendario de liberación que terminara el 30 de marzo, pero por el momento en el país existen 90 regiones con precios diferenciados; al momento de liberarse totalmente el precio para proveedor de gasolina fijara el precio de acuerdo a la determinación del costo de la logística, el precio del dólar y la zona geográfica.
Los expendedores de gasolina tanto los afiliados a Pemex como los nuevos concesionarios fijaran el precio de acuerdo a las fuerzas del mercado, mientras que el impuesto del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS), seguirá impactando sobre el precio final de la gasolina.
El alto incremento en los precios al consumidor, ya impacto sobre el consumo a pesar de que la Asociación Nacional de Tiendas y Almacenes Departamentales (ANTAD), el consumo creció en 4.1 por ciento en el mes de enero con relación al mismo periodo del año pasado, sin embargo es menor.
El aumento del precio de la gasolina continuara y ello seguirá repercutiendo en el crecimiento de los precios de la canasta básica principalmente.
De esta manera, el efecto del gasolinazo seguirá afectando el poder real de los salarios y los ingresos y es probable una caída más pronunciada del nivel de consumo interno, tanto por el aumento del costo del crédito al consumo principalmente como el aumento del precio al consumidor.
Para las autoridades hacendarias, el ajuste en el presupuesto ya se hizo y ello significa que es menor el gasto público una desaceleración de la actividad económica en el corto plazo a lo que hay que agregar el menor consumo interno por el aumento de precios de los bienes y servicios.
De esta manera las dos políticas tanto la fiscal en términos de un menor gasto público como la monetaria en términos de las tasas de interés, así como la depreciación del peso son componentes esenciales en la política de austeridad, pero a pesar de que el IMSS ha dado a conocer un aumento en el número de asegurados, el desempleo todavía es alto en el país.
Por parte de la variable de los salarios, el incremento salarial otorgado para el presente año ha quedado aniquilado por el incremento de los precios al consumidor.
Las expectativas de crecimiento económico será menor al 2 por ciento, así de esta manera la política económica instrumentada para enfrentar no solo los efectos Trump sino un menor crecimiento económico de los Estados Unidos que determinan la dinámica de la económica nacional, la política económica de ajuste, ante la caída de los precios petroleros y con ello un menor gasto publico.
De esta manera, tanto el Banco de México como la Secretaria de Hacienda son fieles para la política económica de ajuste para estabilizar el proceso inflacionario y evitar hasta donde sea posible los efectos negativos del proceso devaluatorio de la moneda nacional y la oscilación el precio internacional del precio del petróleo, sin importar que la economía mexicana tenga un menor crecimiento para el presente año o pueda entrar en recesión en el mediano plazo, lo que importa es la estabilidad financiera sobre la actividad productiva y el empleo.