LA SOMBRA DE PAZ Y VARGAS LLOSA
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- Categoría: Analístas Invitados
- Publicado el Lunes, 22 Enero 2018 09:32
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José Cueli
La noche al caer sobre la Plaza México tenía solemne floración de púrpura limeña cuando Andrés Roca Rey, el Niño Peruano, la cruzó al terminar la corrida después de jugarse el pellejo con un torito capacho, cegatón, que le dio una voltereta de pronóstico reservado.
Después de tintar la plaza de colores en un canto de vida que llevaba escondido en su toreo encimista, juego de manos y cintura con los pitones de los toros, mientras los pies quedaban clavados como cruz en el redondel y los toros de La Joya iban imantados a su muleta.