Néstor Jiménez

Con la meta de vacunación cumplida, podremos regresar a las plazas públicas, plantea

En Apizaco, Tlaxcala, el presidente Andrés Manuel López Obrador supervisó los programas de Bienestar.

Un acto privado de supervisión de entrega de apoyos a damnificados por el huracán Grace en Puebla, encabezado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, terminó con la irrupción de más de 250 personas que reclamaban no haber sido atendidos. Tras cruzar los tres filtros de seguridad que se colocaron para ingresar al recinto ferial del municipio de Huauchinango, los manifestantes dieron portazo.

En lugar de cancelar el acto, el mandatario preguntó: ¿me van a dejar hablar?, ¿me van a respetar?, y ante la afirmativa continuó la exposición de las acciones de su gobierno para los afectados y refrendó que todos serán atendidos. Las exigencias de ayuda y reclamos por no ser contemplados se terminaron con los ¡viva Huauchinango, viva Puebla, viva México! que exclamó el tabasqueño y que fueron correspondidos por los asistentes.

Momentos antes, el jefe del Ejecutivo federal defendió el mecanismo de entrega de apoyos, basado en un censo, ya que, recordó, antes se canalizaban mediante organizaciones, por lo que solían no llegar a la población. Ahora no va a hacer así, aunque haya gritos y sombrerazos.

Al mismo tiempo, en la entrada del lugar, los pocos elementos de vigilancia, en su mayoría integrantes del Ejército y diversos cuerpos de seguridad que custodiaban las entradas sin uniforme, se vieron rebasados ante la embestida que terminó por superarlos. A la mitad de su mensaje, el Presidente tuvo que hacer una pausa al escucharse las protestas en la puerta.

No les llevó mucho poder ingresar al recinto ferial; lo hicieron en medio de aplausos por haber superado todos los cercos. Los integrantes de la ayudantía y algunos funcionarios federales trataron de impedirles acercarse más al Presidente. Después de un par de minutos, se acomodaron atrás de los secretarios que en su mayoría permanecieron sentados.

López Obrador siguió con su discurso y repitió algunas de las acciones que previamente ya había reportado el gobernador poblano Miguel Barbosa, así como el secretario de la Defensa Nacional y los titulares de Conagua y la Coordinación Nacional de Protección Civil.

Vamos a seguir entregando apoyos, recalcó, “pero todo, todo –que se escuche bien y que se oiga lejos– todo se va a entregar de manera directa, sin intermediarios. ¿O quieren ustedes que lo entreguemos a las organizaciones?”, preguntó, ante lo cual los inconformes respondieron con un no al unísono.

Yo entiendo que ustedes quisieran todos verme a mí, que yo les atendiera personalmente, porque todos tienen sus problemas, pero tenemos que buscar la manera de comunicarnos, porque somos millones y desgraciadamente hay muchos problemas, explicó.

Más tarde, en Apizaco, Tlaxcala, donde encabezó una supervisión de programas de Bienestar en la entidad, junto a la gobernadora Lorena Cuéllar, convocó a una gran asamblea nacional informativa en el Zócalo de la Ciudad de México para el 20 de noviembre.

Tras recordar la irrupción de manifestantes un par de horas antes, indicó con una sonrisa: “Ahora le llaman portazo. Abrieron las puertas en Huauchinango, de donde estábamos, así entraron, porque la gente ya quiere vernos, que los escuchemos de manera directa y quieren participar. Ya también no quieren que todo sea a través de Internet o de la televisión”.

Si se alcanza la meta de vacunación contra Covid-19 con una dosis para todas las personas adultas al concluir el presente mes, iniciará actos en plazas públicas.

“Vamos a comenzar en el Zócalo el 20 de noviembre, porque así lo pide la gente. Entonces, vamos a hacer ya grandes concentraciones para que todo el que quiera llegar pueda asistir, asambleas informativas en todas las plazas de México, ya no así como estamos, para que no haya portazos, para que así puedan participar todos los ciudadanos.”

Además, pidió avanzar en los trabajos para implementar el programa Internet para Todos. Comparó la actual cobertura, ofrecida por el sector privado, con la de electrificación antes de la nacionalización de esta industria, ya que la iniciativa privada sólo quería invertir en las ciudades. Si se hubiese continuado con el sistema de empresas particulares no se hubiese electrificado el país.

Para avanzar en este objetivo pidió buscar la tecnología necesaria para dar cobertura, y hacer los acuerdos necesarios para lograrlo.