Ángeles Cruz Martínez

La obesidad mórbida de Jonathan (casi 130 kilos) actuó en su contra cuando enfermó de Covid-19. Con su familia, era comerciante en tianguis y le tocó cuidar a sus papás, que se infectaron antes. No sabía que él también tenía el coronavirus. Sus síntomas eran leves, pero después de 15 días se agravó. No podía respirar y llegó a urgencias del Hospital General Zona 29 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), donde permaneció un mes.

Juan Cruz García Rodríguez, médico internista a cargo de atender al joven de 29 años de edad, comentó que el caso de Jonathan es de gran interés para conocer más del virus, sobre todo porque hasta ahora en ningún lugar del mundo se han reportado experiencias de este tipo.

El paciente, que no es derechohabiente del IMSS, fue el único miembro de su familia con un cuadro grave de Covid-19. La causa principal fue su obesidad.

Daño pulmonar severo

En entrevista, el especialista comentó que estuvo intubado 22 días, durante los cuales presentó complicaciones cardiacas asociadas al apoyo mecánico ventilatorio. La intubación le salvó la vida, pero no es un tratamiento benigno.

Requiere el manejo de un experto porque aumenta la presión del hígado, pulmones y corazón, y disminuye la circulación intestinal. Hay que saber manejar los parámetros para guardar un equilibrio y facilitar al organismo que se recupere. Pero el sistema de defensas disminuye, por lo cual aumenta el riesgo de otras infecciones cuando se mantiene por largo tiempo.

Jonathan empezó a bajar de peso mientras estuvo intubado. Eso ayudó en su recuperación, aunque tiene un daño pulmonar severo.

La afectación se ve en una imagen de tomografía como un hoyo donde se formará una cicatriz (fibrosis). En esa área se pierde la función pulmonar. Dentro de seis meses se podrá conocer el grado de afectación con el que quedará Jonathan y si podrá volver a trabajar y realizar actividades cotidianas.

García Rodríguez destacó que antes de la infección, los pulmones de Jonathan estaban adaptados a realizar un mayor esfuerzo para oxigenar el cuerpo con obesidad mórbida. Cuando enfermó y bajó de peso hubo menos tejido que oxigenar lo que se juntó con la pérdida de capacidad pulmonar. Eso contribuyó en su recuperación.

En condiciones normales la saturación de oxígeno en la sangre debe ser superior a 93 por ciento. Jonathan salió del hospital el pasado viernes con 40 por ciento, que lo obliga a guardar reposo absoluto y tener oxígeno suplementario. Su peso corporal bajó a 70 kilogramos.