Andrea Becerril y Víctor Ballinas

Exigen morenistas salida de Madero y López Rabadán de comisiones

El senador Gustavo Madero y la presidenta de la mesa directiva, la morenista Mónica Fernández, antes del inicio de la sesión de ayer, donde desde tribuna el panista le ofreció disculpas por el zafarrancho del martes.Foto José A. López

La presidenta del Senado, Mónica Fernández, llamó ayer a los legisladores a la civilidad, a no incurrir en hechos violentos, pero durante la jornada prevaleció el clima de crispación y la confrontación entre Morena y el PAN, iniciado el martes pasado cuando Rosario Piedra rindió protesta como titular de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), en medio de un zafarrancho.

Luego de una álgida discusión de más de dos horas, la fracción de Morena acordó demandar que los panistas Gustavo Madero y Kenia López Rabadán sean separados de las presidencias de las comisiones de Economía y de Derechos Humanos.

El coordinador Ricardo Monreal resaltó que esperará a que los ánimos se enfríen para generar las condiciones que permitan recuperar la armonía y el ambiente de respeto en el Senado, pero sus correligionarios se sienten agraviados por el clima de polarización que creó el PAN.

Sostuvo que enfrenta una rebelión real en su bancada y su cargo también está en riesgo. El encuentro realizado antes de la sesión fue muy difícil, dijo, ya que la mayoría planteó sustituir a Madero y López Rabadán y que, en caso de que la Junta de Coordinación Política no lo acepte, dejarán de acudir a los trabajos de las comisiones de Economía y de Derechos Humanos por la actitud parcial, poco mesurada y muy violenta de ambos en el proceso de elección de la titular de la CNDH.

Ello significa que nunca habrá quórum en esas instancias, por lo que no podrán aprobar dictamen alguno. Monreal sostuvo que fue esa actitud de polarización de los panistas la que evitó que se aprobara su propuesta de repetir la votación de la terna en que fue electa Piedra.

Antes de que se iniciara la sesión, Madero subió a tribuna para ofrecer disculpas a Mónica Fernández, a quien incluso se le vio llorar. Poco después, la morenista rechazó cualquier forma de violencia que se exprese al tenor de los debates y pidió utilizar la política para dirimir diferencias entre los legisladores.

Así, llamó a todos los legisladores a conducirse con orden y respeto verbal y físico en todo momento y circunstancia y rechazó la violencia contra las mujeres.

Morenistas y panistas siguieron lanzándose amenazas y acusaciones. Desde temprano, los segundos colocaron en el patio central una manta gigante con el mensaje: Senado de luto. Murió la autonomía de la CNDH.

La discusión en torno al asilo a Evo Morales confrontó de nuevo al PAN con Morena, que utilizó la tribuna para plantear una crítica frontal al gobierno de Andrés Manuel López Obrador, y lo mismo ocurrió en el debate sobre la minuta que crea el Instituto de Salud para el Bienestar.