Emir Olivares y Gustavo Castillo

Una de las líneas centrales para aclarar los hechos de la Noche de Iguala será establecer la identidad del personaje referido con el mote de El Patrón, quien habría jugado un papel clave en la desaparición y destino de los 43 normalistas en Iguala, al ser el artífice superior que ordenó a policías y miembros del crimen organizado qué hacer con los jóvenes.

El titular de la unidad especial para el caso Ayotzinapa de la Fiscalía General de la República (FGR), Omar Gómez Trejo, afirmó que la instancia a su cargo investiga a este personaje. Se viene haciendo desde tiempo atrás. A partir de esa lógica vamos a empezar a amarrar esos hilos para determinar la identidad de esa persona. Tenemos una serie de indicios, pero esto es una parte de la reserva dentro de la misma investigación y en su momento se informará.

La relevancia del rol que desempeñó El Patrón en estos crímenes, como un personaje de alta jerarquía en Guerreros Unidos y sus posibles vínculos políticos, fue expuesta en su momento tanto por el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, como por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) en su recomendación por violaciones graves referente al caso.

Durante la pasada administración, la extinta Procuraduría General de la República (PGR) se empeñó en plantear la hipótesis de que se trataba de un jefe de plaza en apenas tres municipios de Guerrero, identificado como Alejandro Palacios Benítez y/o Emiliano Santana Duque –quien se encuentra detenido–, sujeto que para la CNDH no es El Patrón, ya que se trata de un integrante de bajo nivel dentro de la organización criminal. De acuerdo con la investigación del organismo de derechos humanos, fue el autor intelectual de los ataques, por lo que ha demandado a las autoridades profundizar en esa línea. Diversos actores relacionados con las indagatorias señalaron a La Jornada que este personaje cuenta con gran poder político en la región, particularmente en Huitzuco.

La noche del ataque (26 de septiembre de 2014) tuvo interacción continua con el subdirector de la policía del municipio de Cocula, César Nava González, quien actuó en Iguala –fuera de su jurisdicción–, girando instrucciones a policías y funcionarios de Iguala y otros lugares sobre el destino de los estudiantes. Ese policía se encuentra aún detenido.

Con poder sobre policías y funcionarios públicos

“Por la forma en que actuó El Patrón, debe tratarse de un individuo situado en la cúpula de una estructura criminal desde donde puede someter tanto a cuerpos policiales de distintos municipios como a servidores públicos con –al menos– cargos administrativos municipales de primer orden”, planteó la CNDH en su recomendación.

Un elemento más que apunta a la hipótesis del peso que pudo tener este sujeto es que existen pruebas georreferenciales del celular del subdirector de la policía de Cocula que estuvo en contacto con El Patrón, las cuales revelan que se trasladó de la comandancia de Iguala –donde estaba un grupo de normalistas– a Loma de Coyotes, donde los habrían entregado a Guerreros Unidos. Esos datos de GPS coinciden con los aportados gracias al teléfono móvil de uno de los jóvenes desaparecidos, que estuvo en los mismos lugares.