Susana González y Jessica Xantomila

Pueblos indígenas de Oaxaca y organizaciones de derechos humanos lanzaron fuertes críticas a la consulta a mano alzada que hizo el presidente Andrés Manuel López Obrador sobre el apoyo al Programa de Desarrollo Integral del istmo de Tehuantepec, pero también al desarrollo de consultas realizadas en los meses recientes en la misma entidad.

Los primeros denunciaron que acarreados del PRI y amlovers fueron los que participaron en la consulta hecha por el Ejecutivo federal el pasado domingo en Juchitán, Oaxaca, mientras que las segundas afirmaron que las consultas realizadas a finales de marzo tampoco cumplen con lo establecido en el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), respecto de que sean libres, informadas, de buena fe y culturalmente adecuadas.

La Asamblea de los Pueblos Indígenas del Istmo en Defensa de la Tierra y el Territorio, el Comité Nacional para la Defensa y Conservación de los Chimalapas y la organización Maderas del Pueblo del Sureste aseguraron que la estructura del PRI “trabajó en favor de la Cuarta Transformación, realizando desde la madrugada un acarreo masivo al lugar del acto, en algunos casos pagando de 200 a 250 pesos, más la clásica torta y refresco.

En otros casos, se extorsionó y se condicionaron empleos obligando a asistir masivamente, todos ellos priístas, con la consigna principal de aclamar al gobernador Alejandro Murat, aplaudirle a López Obrador y opacar y acallar cualquier voz de inconformidad, acusaron.

Más de 70 autobuses estaban en los alrededores del deportivo Canal 33, donde se realizó la concentración en Juchitán con el Presidente, y 80 por ciento de las mantas eran en favor del gobernador. Esa fue la gente que votó el domingo cuando el mandatario federal preguntó sobre el Corredor Transístmico.

Sara Méndez, coordinadora de la organización oaxaqueña Código-DH, destacó por su parte que en comunidades como Santiago Laollaga, Chimalapas y San Mateo del Mar hubo inconsistencias; en el primero, pobladores denunciaron que mandaron acarreados, por lo que en la reunión se exigió que se cumpliera con los estándares establecidos y reconocidos por el Estado mexicano.

Chimalapas, dijo, está fuera del área donde se va a realizar el proyecto eólico; más bien ahí la gente pidió que se atienda el conflicto limítrofe con Chiapas, que es donde tienen un problema fuerte por la invasión de varias comunidades chiapanecas, pues es una zona rica en productos maderables y es uno de los mayores saqueos que se hacen en la zona.

Resaltó que después del periodo de consulta, en marzo pasado, los oaxaqueños no tenemos la suficiente claridad de qué implica este proyecto del Istmo, con el que el gobierno federal pretende unir por ferrocarril los puertos de Salina Cruz y Coatzacoalcos, ni cuáles son sus especificaciones técnicas y tampoco se ha menciona si se han realizado estudios de impacto ambiental.