Rubicela Morelos

Los puentes vehiculares de la avenida Palmira y de la colonia Las Águilas, situados en la parte sur de esta ciudad y edificados por las empresas Aldesa y Epcor, están inconclusos, presentan grietas y se cimbran cuando pasan automóviles, acusaron afectados por las obras del Paso Exprés, donde el pasado 12 de julio se abrió un socavón en el que murieron dos personas.

Manifestaron que los dos únicos puentes que construyeron en el Paso Exprés –de una longitud de 14.5 kilómetros– quedaron muy angostos, por lo que demandaron al titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), Gerardo Ruiz Esparza, que sean demolidos a fin de que construyan otros más resistentes y seguros, pues el precio por la obra, de 2 mil 213 millones de pesos, fue ‘‘exorbitante’’.

Rocío Guzmán, una de las afectadas, sostuvo que las empresas españolas no tomaron en cuenta el grosor y la resistencia de las plataformas, ya que en el puente de Palmira pasan unos 150 automóviles por hora, situación que fue comunicada desde hace un año al ayuntamiento de Cuernavaca para que fuera revisado.

‘‘Endeble y angosto’’

Recordó que el puente de la avenida Palmira, como lo construyeron Aldesa y Epcor –para ampliar de 4 a 10 carriles el libramiento de la Autopista del Sol–, lo hicieron ‘‘más endeble y angosto’’ en comparación con el que había antes en esta vía, pero que fue demolido.

‘‘En el puente vehicular anterior de la avenida Palmira podían transitar muy bien dos camiones grandes. Las banquetas eran muy amplias para que caminaran los peatones; ahora apenas caben cochecitos casi rozándose y el paso de peatones es mucho muy angosto’’, afirmó Arturo Sánchez, vecino de la Unidad Palmira.

Por su parte, los vecinos de Las Águilas dijeron que faltan obras complementarias al puente de su colonia, que aunque ‘‘se ve resistente’’ es muy angosto para que pasen dos automóviles, por lo que demandaron que sea restructurado por la SCT.

Los afectados coincidieron en que el puente peatonal colocado en el Colegio Nacional de Educación Profesional Técnica –ubicado a unos metros en donde se abrió el socavón– se tambalea cuando pasan ya sean transeúntes o vehículos pesados por debajo, y aunque las constructoras accedieron a reforzarlo los trabajos no han concluido hasta hoy.