Braulio Carbajal

A decir de comerciantes, el alza en los precios de los alimentos, lejos de beneficiarlos, los perjudica, pues los consumidores se ven en la necesidad de disminuir sus gastos.

Los precios de los servicios y alimentos indispensables para el día a día de los mexicanos, como la gasolina, gas, electricidad, carne, fruta, tortillas, granos y huevo, se han incrementado entre 10 y 30 por ciento en el año reciente, revelan monitoreos, lo que ha impactado de manera negativa en la economía de la población.

Un seguimiento de precios hecho por la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (Anpec), indica que el tanque de gas LP, que es el que usa 80 por ciento de los mexicanos, se ha encarecido 30 por ciento de formal anual; en tanto, las gasolinas, clave en el transporte de mercancías, lo han hecho 22 por ciento.

La electricidad registra un incremento anual de 12 por ciento.

Dichos aumentos son consecuencia de que hace un año la economía estaba casi detenida y la actividad comercial se redujo significativamente por restricciones de movilidad producto de la pandemia de Covid-19, lo que dio paso a que el precio de las gasolinas disminuyera considerablemente.

El alza en los servicios se ha reflejado en el encarecimiento de alimentos básicos de la población mexicana, por ejemplo: el precio de las frutas, legumbres y granos reportan un aumento anual de 30 por ciento, las carnes (pollo, cerdo y res) uno de 20 por ciento, mientras que las tortillas y huevo se han encarecido 10 por ciento.

Lo anterior se da en un contexto en el que, de acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, en el primer trimestre de 2021 en México 39.4 por ciento de los trabajadores están en pobreza laboral, es decir, cuatro de cada 10 ocupados no tienen recursos suficientes para adquirir la canasta básica de alimentos.

Dicha situación empeoró como consecuencia de la pandemia, pues de acuerdo con el organismo, en el mismo periodo de 2020 la proporción era de 35.6 por ciento.

Cuauhtémoc Rivera, presidente de la Anpec, organismo que aglutina a pequeños comercios que tienen trato directo con consumidores, explicó que el alza en precios de servicios y alimentos básicos es producto de un coctel perfecto de factores como efectos climáticos, restricciones comerciales, y mayor demanda.

De acuerdo con el líder de los pequeños comerciantes el futuro inmediato no es alentador, pues todo indica que los precios de los alimentos y servicios seguirán subiendo, abatiendo el consumo privado de los mexicanos y mermando aún más la de por sí afectada economía familiar.

El alza de precios en los alimentos, lejos de beneficiar a los comerciantes, aseguró Rivera, es un lastre, pues los consumidores se ven en la necesidad de disminuir sus gastos.

Según cálculos de la Anpec, las ventas de los pequeños minoristas han caído 15 por ciento en términos anuales, mientras que sus ganancias se han desplomado 25 por ciento. Además, expresó el presidente del organismo, desde que inició la pandemia a la fecha, un total de 250 mil pequeños negocios han tenido que cerrar de manera definitiva, dando como resultado el despido de por lo menos 300 mil personas.