Dora Villanueva

Según las proyecciones del BM tras el rebote de este año, en 2022 el crecimiento en México desacelerará a 2.6 por ciento.

El Banco Mundial (BM) estima que la economía mexicana crecerá 3.7 por ciento en 2021, tras una contracción de 9 por ciento el año pasado. El repunte se basa en mayores exportaciones a Estados Unidos, en la medida que el país se recupera y se reduce la incertidumbre política en torno al nuevo acuerdo comercial de América del Norte, que entró en vigor el más reciente julio, estimó.

Por primera ocasión en tres años, habrá crecimiento en México, pero el estimado de 3.7 por ciento es insuficiente para revertir las pérdidas de producción del año pasado y está frenado por la consolidación fiscal planificada y la debilidad de la inversión desde hace mucho tiempo, agregó el organismo.

De acuerdo con sus proyecciones, tras el rebote de este año, en 2022 el crecimiento en México desacelerará a 2.6 por ciento a medida que el crecimiento de la demanda externa se debilite y el impulso a la actividad económica, debido a las mejoras del mercado laboral, comience a desvanecerse, acotó el organismo en el reporte Perspectivas económicas mundiales.

El BM también actualizó los estimados de crecimiento para la economía mundial. En 2021 se prevé una expansión de 4 por ciento, suponiendo que la distribución inicial de las vacunas contra el Covid-19 se amplíe a lo largo del año. Se parte de una contracción de 4.3 por ciento en 2020, por lo que se viene un decenio desalentador en materia de crecimiento si la política no apuesta por hacerlo equitativo y sostenible, adelantó el organismo.

Como ocurrió en el pasado con otras crisis graves, se espera que la pandemia deje efectos adversos de larga duración en la actividad mundial. Es probable que la desaceleración del crecimiento mundial prevista para el próximo decenio empeore debido a la falta de inversiones, el subempleo y la disminución de la fuerza de trabajo en muchas economías avanzadas, advirtió.

Reconoció que el colapso de la actividad económica mundial en 2020 ha sido ligeramente menos grave de lo que en un principio se había proyectado. El BM asume que se debe a que las economías de mayores ingresos cayeron menos de lo previsto y en cambio los efectos de la crisis en las emergentes fueron más graves de lo esperado.

Según el organismo, Estados Unidos se expandirá 3.5 por ciento en 2021, después de una contracción de 3.6 por ciento en 2020; para los mismos periodos el crecimiento de China es positivo, de 7.9 y 2 por ciento, respectivamente.

Pide actuar para evitar una crisis de deuda

En ese contexto, la economía de América Latina y el Caribe es la más devastada por el coronavirus, según los estimados del BM. La contracción de 6.9 por ciento en 2020 tendrá un rebote de 3.7 por ciento en 2021, mientra Asia oriental y el Pacífico creció 0.9 por ciento el año pasado y avanzaría hasta 7.4 por ciento en éste, de acuerdo con el mismo reporte.

América Latina viene de una década de crecimiento lento y el retraso en la distribución de vacunas reduciría la expectativa de 3.7 por ciento a la mitad.

El organismo internacional enfatizó que los estimados para América Latina parten de que cinco de las 10 economías de mercados emergentes y en desarrollo con la mayor tasa de fallecimientos per cápita a causa de la Covid-19 están situados en la región; lo que se acompaña de una marcada caída en el empleo y los ingresos con jóvenes, mujeres y hogares que ya era de bajos ingresos afectados de manera desproporcionada.

El BM reconoció que si bien el estímulo fiscal ha sido necesario para amortiguar el golpe de la pandemia, se consumieron los márgenes de gasto y el endeudamiento aumentó, por lo que es necesario un ciclo de reinversión destinado a lograr un crecimiento sostenible que dependa menos de la deuda pública y reformas estructurales al modelo actual.

La pandemia ha exacerbado enormemente los riesgos de la deuda en los mercados emergentes y las economías en desarrollo; es probable que las débiles perspectivas de crecimiento aumenten aún más la carga y erosionen la capacidad de servicio de la deuda de los prestatarios, aseguró Ayhan Kose, vicepresidente interino de Crecimiento Equitativo, Finanzas e Instituciones del Banco Mundial.

Es necesario que la comunidad mundial actúe con rapidez y determinación para asegurarse de que la reciente acumulación de deuda no resulte en una seria crisis de deuda. El mundo en desarrollo no puede permitirse otra década perdida, añadió.