Israel Rodríguez J.

Legisladores desconocen que por tratarse de recursos públicos federales no es oponible el secreto fiduciario

La figura de los fideicomisos públicos en México no es mala por sí misma, pues ha demostrado su eficiencia en 120 años de existencia, los que han fallado son los entes encargados de la supervisión y fiscalización de sus operaciones, aseguró Gabriel Reyes Orona, ex procurador fiscal de la Federación.

Explicó: “El problema es que los órganos internos de control, Auditoría Superior de la Federación y la Comisión de Vigilancia de la Cámara de Diputados, no saben que a ellos no se les aplica el secreto fiduciario.

Desconocen que por tratarse de recursos públicos federales no es oponible el secreto fiduciario.

Las críticas a los fideicomisos, dijo, son opacidad, abuso y excesos, pero no son connaturales del fideicomiso. Son deficiencias de la supervisión y fiscalización de los servidores públicos.

Lo que se debe de hacer es enseñar a los legisladores a administrar, fiscalizar y supervisar, subrayó.

La diputada de Morena Dolores Padierna presentó una iniciativa con la que se pretende eliminar al menos 44 fideicomisos federales con el fin de generar recursos para afrontar la pandemia del Covid-19.

Al respecto, Gabriel Reyes dijo, que la propuesta de liquidar fideicomisos para llevar recursos con fines electorales o con un objetivo político a corto plazo verdaderamente no justifica que desaparezcan éstas figuras.

Historia de más de 120 años

El fideicomiso existe en México desde hace más de 120 años, aparece desde el Código de Comercio en 1884 y se regula muy bien en 1932 con la nueva Ley General de Instituciones de Crédito, luego la desconfianza comenzó a deteriorar la regulación del fideicomiso.

El ex abogado fiscal de la nación aseguró que el problema es el abuso y el exceso, pero lo mismo se puede abusar de una comisión, un mandato, una dirección general o una unidad en alguna dependencia, que de un fideicomiso.

Gabriel Reyes afirmó: La confusión básica en la que han incurrido los legisladores, especialmente de Morena, es pensar que el esquema, el modelo o la operación están equivocados, cuando es la mala administración el problema.

El caso que generó esta situación de sospecha y duda fue el fideicomiso Bahía de Banderas, el cual causó tal daño que tuvieron que cambiarle el nombre y hoy lo conocemos como Nuevo Vallarta.

Pero en contraste, hay casos de mucho éxito. Enumeró: FIRA, fideicomisos instituidos en relación con la agricultura, éstos han apoyado al campo por más de 60 años . Los grandes programas de financiamiento del campo se operaron mediante el FIRA.

Los fideicomisos en México, dijo, han dado magníficos resultados como los legados que dejaron hombres de mucha fortuna como Franz Mayer, quien constituyó un fideicomiso para que sus bienes culturales quedarán en favor del pueblo de México. Gracias al fideicomiso se ha conservado por más de cien años una riqueza enorme.

El lado perverso

Hay otros fideicomisos para administrar la riqueza cultural de México como el Diego Rivera, Frida Khalo y Siqueiros.

“Si no hubiera habido un fondo de estabilización, que es un fideicomiso que tenía 150 mil millones de pesos , hoy estaríamos quebrados.

“Lo perverso, oculto o cuestionable de los fideicomisos esta en la secrecía. El problema que tienen ideológicamente el PRD y Morena en años recientes es el llamado secreto fiduciario.”

Reyes Orona recordó que con el Fobaproa se enfrentaron a que no podían acceder a información ante el secreto fiduciario.

Informes de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, revelan que al cierre del primer trimestre de 2020 hay 337 fideicomisos. De estos 307 están en operación y 30 en proceso de extinción o terminación.

Entre los fideicomisos más importantes se encuentran los fondos de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios, de Estabilización de los Ingresos de las Entidades Federativas, de Desastres Naturales, de Reconstrucción de Entidades Federativas y de Apoyo para Infraestructura y Seguridad.