Pasajeros hacen fila en el aeropuerto de El Prat, en Barcelona, el 9 de agosto.
Empleados de seguridad de la terminal –que incluye a unos 500 de los filtros de acceso a las zonas de embarque– cumplieron ayer el tercer día de huelga indefinida para exigir mejores condiciones laborales, entre éstas, un euro extra por hora, descansos de 10 minutos y cursos para la plantilla. Los vigilantes del aeropuerto también se sumaron a la protesta, tras fracasar las negociaciones con la empresa privada Trablisa, a la que pertenecen.