Roberto González Amador

Una disminución en el ritmo de la actividad económica, el efecto de la inflación sobre el poder de compra de los salarios y el alza en las tasas de interés se combinaron para reducir el ritmo de crecimiento del crédito bancario en 2017 a poco menos de la mitad de la dinámica que observó en el año previo, de acuerdo con información publicada ayer por el Banco de México.

Al cierre de 2017, el crédito vigente de la banca comercial llegó a cuatro billones 51 mil 500 millones de pesos, monto que implicó una tasa de crecimiento anual de 5 por ciento en términos reales, descontado el efecto de la inflación, informó el banco central.

La tasa de crecimiento de la cartera bancaria de crédito fue más del doble de la registrada por la economía en conjunto que, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, fue de 2.1 por ciento el año pasado.

Sin embargo, la dinámica del crédito mostró en 2017 una de-saceleración respecto del ritmo de crecimiento observado en 2016, cuando fue de 11.5 por ciento, más del doble de la registrada el año pasado, según los registros del banco central.

La peor pérdida

Una pérdida mayor de dinamismo se observó en el crédito bancario al consumo, un renglón que incluye tarjetas de crédito, préstamos de nómina, personales y para la compra de automóviles.

El crédito de la banca al consumo finalizó el año en 952 mil 200 millones de pesos, un crecimiento de 1.4 por ciento anual. Un año antes, al cierre de 2016, este indicador crecía 8.7 por ciento a tasa anual.

En tarjeta de crédito, el repunte fue en 2017 de 0.8 por ciento, mientras un año antes fue de 5.8 por ciento. En el caso de los préstamos de nómina, en 2017 se registró un decrecimiento de 2.3 por ciento, y en 2016 repuntaba a un ritmo de 9.5 por ciento.

El descenso fue menor en el caso del crédito para la compra de automóviles: en 2017 creció a una tasa anual de 10.2 por ciento, en tanto un año antes lo hizo a un ritmo de 17.1 por ciento.

En 2017 la inflación fue de 6.7 por ciento, la mayor en 17 años, y superior al incremento promedio de los salarios contractuales ese año, de 5.1 por ciento. Fue la primera ocasión en siete años en que los precios subieron más que los salarios.

En 2017 la tasa de interés de referencia del BdeM subió de 5.75 a 7.25 por ciento, movimiento que afecta el costo que pagan usuarios de tarjetas de crédito o el financiamiento a empresas.