LIBERTAD DE EXPRESIÓN, UN FRUTO DEL 68
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- Categoría: Analístas Invitados
- Publicado el Lunes, 27 Agosto 2018 08:25
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Hermann Bellinghausen
En el largo plazo, una de las herencias centrales del 68 mexicano es la libertad de expresión, algo que hoy hasta valor mercantil tiene y poca gente discute su pertinencia. Los usuarios de redes, las cabezas parlantes del tubo y los opinandores actuales ni cuenta se dan de que gozan de ella, a veces llevándola a niveles que dan vergüenza, pero es intocable. O casi, este sexenio todavía vimos periodistas radiofónicos silenciados en su medio por incomodar al poder político. Años luz de esto, hace 50 años nadie osaba desafiar al presidente en voz alta, y el que lo hacía pagaba caro: Othón Salazar, Demetrio Vallejo, Valentín Campa, Rubén Jaramillo en el extremo. La prensa era una mera borregada, igual la burocracia, las clases medias y las acomodadas. La ropa sucia se lavaba en casa, como en la galería de Las buenas conciencias (1959) de Carlos Fuentes.